El tomate Fidelio es una variedad desarrollada hace relativamente poco tiempo por cultivadores rusos. Se desarrolló a partir de variedades cubanas de tomate, buscando adaptarlas a temperaturas más rigurosas, de ahí su nombre. Se considera una variedad de media temporada. Entre sus ventajas se incluyen su buen rendimiento y su bajo mantenimiento.
¿Qué es un tomate Fidelio?
Las características y la descripción de la variedad Fidelio ayudarán a los jardineros a decidir si vale la pena cultivar este tomate. Estos tomates son resistentes a diversas enfermedades comunes que pueden afectar a otras variedades. Las opiniones de quienes han plantado esta variedad indican que se pueden cosechar tomates igualmente deliciosos tanto en invernadero como en campo abierto. Las plántulas producen plantas bastante grandes y vigorosas.

A pesar de que los tomates tienen un sistema inmunitario fuerte, pueden ser susceptibles a factores externos dañinos. Por ejemplo, pueden ser atacados por plagas. Por lo tanto, es necesario tratar regularmente las plantas con soluciones especiales que las protejan contra ellas.
Los arbustos producen buenas cosechas. Para maximizar la producción de frutos, elimine los brotes laterales y ate la planta a soportes. Generalmente se recomienda guiar el arbusto para que tenga dos tallos: esto permite que Fidelio distribuya los nutrientes de forma más eficiente. La primera cosecha se puede recolectar 111 días después de la siembra.

Los tomates Fidelio se distinguen por sus frutos bastante grandes, que pueden pesar hasta 400 g. Su pulpa es firme y jugosa, con un agradable sabor ligeramente dulce que distingue a esta variedad de otros tomates. Los frutos maduros presentan un intenso color rosa. Estos tomates son muy versátiles: se pueden consumir frescos, añadir a ensaladas o usar para preparar jugos o salsas.
En las reseñas, los jardineros escriben: Cultivo tomates específicamente para hacer jugo, ya que saben deliciosos. Lo único para lo que no son aptos es para enlatar, debido al gran tamaño de los tomates maduros: el tratamiento térmico puede dañar la piel.

Aunque, por alguna razón, la apariencia de los tomates se deteriore, su sabor se mantiene excelente. La forma del fruto puede variar. Normalmente, los tomates redondos, ligeramente aplanados en los bordes, crecen en las ramas inferiores del arbusto. Los que crecen más arriba tienen forma de corazón. Las cámaras de semillas de los tomates son pequeñas.
Entre las cualidades positivas que poseen los tomates se pueden destacar las siguientes:
- Resistencia a una serie de enfermedades comunes entre los cultivos de solanáceas.
- Alto rendimiento.
- Fácil de cuidar: basta con arrancar el arbusto a tiempo y tratarlo contra las plagas.
- Frutos grandes y sabrosos con una forma única y buen aroma.

Sin tutorar ni pinzar la planta, es imposible obtener una buena cosecha, y muchos tomates requieren estos cuidados básicos. Además, ten en cuenta que necesitarás comprar semillas de esta planta cada año, ya que Fidelio es un híbrido y no se puede cultivar a partir de semillas de tomate maduras.
¿Cómo cultivar tomates?
La planta se planta mediante plántulas: las semillas deben sembrarse en recipientes separados un par de meses antes de la fecha prevista para trasplantar el tomate a su ubicación definitiva. Antes de plantar, se recomienda tratar las semillas con una solución de permanganato de potasio y preparar bien el suelo.

El suelo debe enriquecerse con fertilizantes minerales y vitaminas para estimular el crecimiento de los tomates. Las semillas se plantan a 2 cm de profundidad, luego las cajas se cubren con plástico y se colocan en un lugar cálido y bien iluminado. En cuanto las plántulas produzcan un par de hojas, se trasplantan los tomates a varias macetas separadas.
Antes de plantar una planta, es necesario endurecerla. Para lograrlo, se recomienda trasladar los futuros tomates al exterior, aumentando gradualmente su tiempo al aire libre hasta 24 horas. Una vez pasadas las últimas heladas, las plantas pueden plantarse en campo abierto o en un invernadero. También se recomienda tratar la tierra con permanganato de potasio para proteger las plantas, aún frágiles, de enfermedades.
Uno de los principales requisitos para un jardinero que cultiva Fidelio es regar, fertilizar y aflojar la tierra con regularidad. Se planta un máximo de tres plantas por metro cuadrado. Si se siguen todas las instrucciones de cuidado y los tomates crecen en un entorno favorable, una planta puede producir hasta 6 kg de frutos maduros y sabrosos.










