El tomate Casanova de media temporada se caracteriza por su alta productividad. Sus tomates de forma única ofrecen un sabor excelente y son muy fáciles de transportar. Los frutos son resistentes al agrietamiento durante la maduración.
Beneficios de los tomates
La variedad de tomate Casanova, de temporada media, se inscribió en el Registro Estatal de Logros de Mejoramiento en 2017. Se recomienda cultivar este tomate en invernadero. Durante la temporada de crecimiento, desarrolla un arbusto con follaje mediano, que alcanza una altura de 180-200 cm.

Esta planta indeterminada requiere poda y apuntalamiento a un soporte o espaldera. Las características y la descripción de la variedad indican un alto rendimiento. Se pueden cosechar hasta 12 kg de fruta en 1 m² de plantación.
Se puede lograr el máximo rendimiento por arbusto entrenando la planta para que tenga uno o dos tallos. Un grupo individual puede contener hasta cinco tomates.
Los tomates Casanova se distinguen por su larga fructificación. Los frutos tienen una apariencia exótica, con base bifurcada, forma alargada y una longitud de hasta 20 cm. Se caracterizan por su piel gruesa, pulpa carnosa con pocas semillas y un sabor dulce.

En la madurez técnica, los frutos adquieren un color rojo intenso. Los tomates pesan entre 150 y 200 g. Quienes han plantado la variedad Casanova observan que los tomates no son propensos a agrietarse durante la maduración.
La cosecha se conserva bien y tolera el transporte. En ciertas condiciones (80 % de humedad y temperatura de 5 a 12 °C), los tomates pueden durar hasta Año Nuevo. Para ello, se recolectan de la vid en su fase lechosa de maduración.
Las reseñas de los horticultores destacan la versatilidad de esta fruta. Esta variedad, ideal para ensaladas, gracias a su forma, cabe perfectamente en frascos. Los tomates conservan su forma durante la cocción. Se utilizan frescos, en conserva y para elaborar salsas, jugos y pastas.

Tecnología agrícola para el cultivo del tomate
Para alcanzar el rendimiento indicado por el fabricante, es importante cultivar plántulas de alta calidad. Las semillas deben sembrarse entre 60 y 65 días antes de la fecha prevista de siembra. Antes de plantar, se recomienda tratar las semillas con una solución de jugo de aloe vera y un estimulante del crecimiento.
La mezcla de tierra o sustrato debe congelarse antes de usarla para la siembra. Se vierte la tierra en recipientes, se compacta ligeramente y se hacen surcos de 1 cm de profundidad donde se colocan las semillas, espaciadas entre sí.

El agua de deshielo es buena para despertar las semillas de tomate y estimular su crecimiento. Después de regar con agua tibia, cubra el recipiente con vidrio o plástico hasta que broten los brotes. Cuando aparezcan los primeros bucles, traslade el recipiente a una zona bien iluminada.
Debido a la falta de luz, las plántulas pueden alargarse, así que cuando se formen dos hojas verdaderas, trasplántelas a macetas individuales. Esto estimula el desarrollo radicular y permite retirar las plántulas débiles.
Para asegurar el correcto desarrollo de las plántulas, es importante mantener una temperatura ambiente óptima y aplicar fertilizante. Antes de plantar, aclimate las plántulas durante 10 a 14 días. Este proceso se realiza gradualmente, protegiendo los arbustos del viento y la luz solar directa.
Se recomienda plantar hasta 4 arbustos por 1 m² en un lugar permanente. Para ello, prepare los bancales para la siembra, desinfecte la habitación y la tierra. En otoño, añada fertilizantes de potasio y fósforo.
Para asegurar el desarrollo normal de los cultivos y aumentar su rendimiento, es necesario implementar un sistema de prácticas agrícolas. Los horticultores experimentados recomiendan reponer la capa superficial del suelo para proteger las plantas de posibles daños causados por patógenos.
Antes de plantar, agregue compost y ceniza de madera a la tierra. Las cáscaras de huevo trituradas aportan calcio a las plantas. Se puede añadir magnesio y boro a la tierra con fertilizantes especializados. Los fertilizantes se aplican a toda la superficie de plantación.

Durante la temporada de crecimiento, se aplica periódicamente una fertilización radicular con fertilizantes complejos. La composición mineral se ajusta según la calidad del suelo y la etapa de desarrollo de la planta.
La variedad responde bien al riego moderado. Cubra las plantaciones con hierba o paja del año anterior. Esto garantiza una distribución uniforme de la humedad y evita que la superficie del suelo se seque.
Si se requiere protección contra el tizón tardío y la alternaria, se realiza un tratamiento preventivo de los arbustos con preparaciones especiales de acuerdo con las instrucciones del fabricante.










