- ¿Qué tipo de suelo se necesita para el crecimiento normal y la fructificación de los pepinos?
- Determinación de la composición mecánica del suelo
- Alúmina y margas pesadas
- Francos ligeros y medios
- Areniscas
- turberas
- Franco arenoso
- Evaluación de la acidez del suelo
- Cómo preparar un invernadero para la siembra de primavera
- Desinfección
- Procesamiento en seco
- Preparación del suelo y las camas para el cultivo de pepinos.
- Fertilización y optimización del suelo
- Predecesores y abonos verdes
- Adición de sustancias minerales
- Encalado
- Uso de abono de cobertura
- Arreglando un cantero de jardín
El cultivo de pepinos requiere mucha atención, especialmente en lo que respecta al suelo. Un suelo de alta calidad, húmedo y suelto garantiza una cosecha abundante. Una cuidadosa preparación del suelo en primavera para los pepinos de invernadero determina el futuro crecimiento de las hortalizas. Cuanto mejor se prepare el suelo, antes empezarán a crecer y a dar fruto las plantas. La preparación del suelo debe realizarse lentamente, prestando mucha atención a los detalles y utilizando la técnica adecuada.
¿Qué tipo de suelo se necesita para el crecimiento normal y la fructificación de los pepinos?
El cultivo del pepino se origina en los bosques subtropicales, lo que determina en gran medida sus preferencias. Allí, el suelo es rico en materia orgánica y el aire es húmedo y rico en dióxido de carbono. Describiendo... ¿Qué tipo de suelo les gusta a los pepinos?, se deben tener en cuenta los siguientes parámetros:
- humedad;
- calor;
- acidez;
- fertilidad;
- actividad biológica;
- composición mecánica.
Los pepinos prefieren un suelo con niveles de humedad altos y constantes, evitando el agua estancada. Sin embargo, el suelo no debe perder agua con demasiada rapidez, por lo que es esencial un drenaje moderado. La temperatura recomendada del suelo a una profundidad de 0,2 m es de 12 °C, con un pH cercano a la neutralidad. Las capas superiores del suelo deben contener un alto nivel de humus y una alta actividad microbiana.
Los pepinos crecen mejor en suelos sueltos, ligeros y con buena permeabilidad al aire. El suelo debe ser rico en nitrógeno, potasio, fósforo y magnesio.
Determinación de la composición mecánica del suelo
No necesita equipo especializado para determinar la composición mecánica del suelo. Hay una manera sencilla de determinar el tipo de suelo en su propiedad:
- Se humedece ligeramente un puñado de tierra con agua.
- La tierra se amasa y se enrolla formando un cordón que, si es posible, se tuerce formando un anillo.
- Los suelos francos y arenosos no permiten la formación de figuras, desmoronándose rápidamente en granos.
- Las margas ligeras se desintegran en varios pedazos cuando se enrollan formando un cordón.
- Las margas de espesor medio forman un cordón liso, pero se deshacen cuando se enrollan en un semicírculo.
- Los suelos francos pesados hacen que el suelo se enrosque formando un anillo que queda cubierto de grietas.
- Las alúminas forman un anillo liso.

Alúmina y margas pesadas
Los suelos pesados y densos son completamente inadecuados para la plantación de pepinos. Los suelos arcillosos y francos muy densos impiden el paso del oxígeno, lo que provoca la desecación de los ovarios. Para adaptar este tipo de suelo al cultivo de pepinos, siga estas pautas:
- Aflojar las camas constantemente.
- Añada estiércol fresco a base de paja seis meses antes de la siembra. Inicialmente, se requieren hasta 15 kg por m²; después de tres años, 5,5 kg son suficientes.
- Los fertilizantes se dejan en la superficie del suelo, ya que su colocación profunda conduce a la formación de turba.

Francos ligeros y medios
Los suelos franco-ligeros y medios se consideran los más adecuados para el cultivo de pepinos. Poseen una estructura natural ideal, proporcionan la humedad necesaria y mantienen una temperatura óptima. Los suelos franco-medios deben fertilizarse con materia orgánica a razón de 5,5 kg por m².
Areniscas
Los suelos arenosos son una mala opción para el cultivo de pepinos. No retienen el agua, lo que impide que los minerales lleguen a las raíces. Su alta conductividad térmica provoca fluctuaciones significativas de temperatura entre el día y la noche. Hay dos maneras de mejorar la calidad de los suelos arenosos:
- Fertilización. Mezcle la tierra con dos cubos de estiércol descompuesto y un cubo de turba por cada metro cuadrado de invernadero.
- Aplicación de arcilla. Añada 1,5 cubos de arcilla en polvo mezclada con estiércol descompuesto o compost a la tierra del invernadero y luego labre la tierra. La aplicación de arcilla se repite cada 2 o 3 años.

turberas
Los suelos de turba fibrosos y encharcados no son adecuados para la siembra de pepinos. La turba se vuelve ácida e impide el correcto desarrollo de las plantas. Para asegurar un cultivo adecuado de hortalizas, es necesario preparar cuidadosamente el suelo:
- El área se seca mediante la instalación de canales de drenaje.
- Por cada metro cuadrado se añade 1 cubo de arcilla en polvo, medio cubo de arena y hasta 1,5 kg de cal, dependiendo de la acidez inicial del suelo.
- El suelo se excava hasta una profundidad de 0,2 m.
- Para iniciar el proceso de formación de humus, añadir 1 kg de estiércol o humus por cada 1 m².

Franco arenoso
El suelo franco arenoso es fácil de cultivar y forma humus rápidamente gracias a su rápido calentamiento y buena permeabilidad al agua y al aire. Sin embargo, un suelo bien calentado también pierde calor fácilmente por la noche. Su estructura ligera acelera la lixiviación de minerales. Para obtener un suelo de alta calidad, es necesario enriquecerlo con estiércol fresco o compost en primavera, varios meses antes de la siembra. Una cantidad suficiente es de 10 kg por m².
Evaluación de la acidez del suelo
La forma más sencilla de determinar la acidez del suelo es con papel tornasol. Para ello, mezcle la tierra con agua destilada en proporciones iguales y sumerja la tira en ella durante unos segundos. Al comparar el resultado con una tabla de colores, puede determinar el nivel de acidez del suelo con relativa precisión.
En suelos con acidez aptos para el pepino se pueden encontrar plantas como:
- centaurea;
- helecho;
- enredadera;
- bardana;
- hierba de reposar;
- uña de caballo;
- Hierba del nudo de las aves.
Puedes usar vinagre de mesa; si no reacciona con la tierra, es claramente demasiado ácido. La aparición de burbujas en la superficie indica una acidez leve.
Cómo preparar un invernadero para la siembra de primavera
Antes de la primavera, es necesario abastecer el invernadero con agua de deshielo elevando la nieve del terreno hacia los futuros bancales. Tras el deshielo, se lava a fondo el invernadero de policarbonato y se desinfecta la tierra. Antes de plantar pepinos, se siembran abonos verdes de rápido crecimiento en el invernadero. A continuación, se excava y fertiliza la tierra, y se forman los semilleros.

Desinfección
Al utilizar invernaderos de policarbonato sobre cimientos, es imposible mantener una rotación de cultivos adecuada y retirar completamente la tierra y reemplazarla con tierra nueva. En este caso, la tierra se puede desinfectar. Existen varias opciones para tratar la tierra agotada antes de plantar:
- Se vierte agua hirviendo sobre la tierra y se cubre con film plástico durante 24 horas, tras lo cual se excava. El mismo procedimiento se repite después de 72 horas.
- Se utilizan biofungicidas en aerosol.
- Seis meses antes de la plantación, añadir lejía a razón de 0,2 kg por 1 m².
- El suelo se trata con una solución de formalina al 2% y al 40% y se cubre con film plástico durante 72 horas. La siembra se realiza entre medio y un mes después.
Se eliminan los escombros y restos de plantas del invernadero y se trata la propia estructura con una solución de lejía.

Procesamiento en seco
Después de retirar la tierra vieja, limpie en seco el invernadero antes de aplicar fertilizante. Se recomienda hacerlo con humo.
- Se enciende una bomba de humo de azufre dentro del invernadero.
- Las puertas y ventanas se cierran herméticamente durante varios minutos hasta que el fuego se apaga por completo.
- La habitación está siendo ventilada.
- Si es posible, retire una capa de tierra de 5-6 cm.
El tratamiento en seco también se realiza mediante fumigación química. En este caso, es necesario proteger el cuerpo con ropa, incluyendo guantes y gorro, y las vías respiratorias con mascarilla.

Preparación del suelo y las camas para el cultivo de pepinos.
Cada año, la tierra de los invernaderos debe prepararse para la siguiente temporada. Se recomienda usar tierra adecuada, preferiblemente reemplazada con tierra fresca cada primavera. Esta oportunidad es poco frecuente, y la tierra usada la temporada anterior debe prepararse manualmente para el cultivo de pepinos.
El área dentro de los invernaderos y los invernaderos debe estar adecuadamente delimitada y las camas organizadas para asegurar el crecimiento y cuidado de las plantas.
Fertilización y optimización del suelo
Para preparar adecuadamente el suelo, es importante considerar los cultivos del invernadero de la temporada anterior. No se recomienda cultivar pepinos en el mismo lugar durante más de tres años seguidos. La calidad del suelo se puede mejorar plantando abono verde, aplicando fertilizante y ajustando la acidez del suelo.

Predecesores y abonos verdes
Una condición importante para obtener una cosecha de alta calidad es mantener la rotación de cultivos en la parcela; se recomienda rotar el cultivo de hortalizas cada cuatro años. Al plantar pepinos, elija un sitio donde los cultivos anteriores estuvieran:
- cebolla o ajo;
- tomates;
- pimiento morrón;
- repollo;
- zanahoria;
- hierbas perennes picantes;
- trigo de invierno.
No se recomienda plantar pepinos donde haya calabazas, calabacines y sandías. La mostaza blanca se planta como abono verde, que se corta al mes y se mezcla con la tierra.

Adición de sustancias minerales
La tierra debe prepararse 14 días antes de plantar las semillas o plántulas. Por cada metro cuadrado de tierra, añadir:
- 25 kg de estiércol añejo o la mitad de compost;
- 40 g de superfosfato y sulfato de potasio cada uno;
- 15 g de sulfato de magnesio;
- 60 g de magnesia potásica.
Se excava la tierra y se riega a razón de 10 litros por metro cuadrado. Siete días antes de plantar, se añaden 30 g de nitrato de amonio y se repite la excavación y el riego.

Encalado
En el encalado para reducir la acidez del suelo se utiliza lo siguiente:
- caliza;
- tiza;
- harina de huesos;
- polvo de cemento;
- ceniza de madera;
- harina de dolomita.
La cantidad de encalado que se aplica depende de la acidez y la textura del suelo. Dado que los pepinos reaccionan negativamente al encalado, es mejor aplicar estas sustancias la temporada anterior, cuando los cultivos anteriores están creciendo. Tras la aplicación, se excava la capa superficial del suelo. El encalado no debe repetirse más de una vez cada seis años.

Uso de abono de cobertura
Como fertilizante, utilice el estiércol descompuesto del año anterior, calentado con una horca de 4 a 5 días antes de colocarlo en el invernadero. La temperatura de la materia orgánica también se puede aumentar añadiendo agua caliente, cal viva o piedras muy calientes.
Se añade estiércol al alcanzar los 65 °C, extendiéndolo en una capa de hasta medio metro de espesor. La evaporación continúa durante varios días y el fertilizante orgánico se asienta de forma natural, enriqueciendo el suelo. Se añade una capa de tierra de 10 cm por encima, utilizando compost o una mezcla de turba, turba y humus.
Arreglando un cantero de jardín
El tamaño de los bancales debe corresponder al del invernadero. Normalmente, se ubican de 2 a 3 hileras de no más de 1 metro de ancho. Están dispuestos para facilitar el acceso a las plantas. La preparación incluye la formación de bordes para retener la humedad y evitar la erosión de la capa fértil del suelo. Para maximizar la luz, los bancales se orientan de este a oeste.
En el invernadero, las semillas se siembran simultáneamente según las marcas. Se colocan a una distancia mínima de 20 cm de las paredes, con una distancia entre hileras de 25 a 30 cm. Al plantar las plántulas ya preparadas, procure mantener una distancia de 30 cm entre ellas.











