El tomate Marfa f1 produce buenos rendimientos en condiciones climáticas adversas. Se trata de un híbrido de primera generación, destinado al cultivo al aire libre. Está inscrito en el Registro Estatal de las regiones centrales de Rusia, así como en los Urales y Siberia. Se puede cultivar en cualquier tipo de suelo abierto, en invernaderos y semilleros. La planta tolera cambios bruscos de temperatura. Los tomates se consumen frescos. Se utilizan para elaborar salsas, kétchup y zumos. Los frutos pequeños se pueden conservar enteros. Ningún tomate se agrieta al encurtirlo.
Algunos datos sobre la planta
Las características y descripción de la variedad son las siguientes:
- Los tomates Marfa producen una cosecha entre 130 y 135 días después de su emergencia.
- El híbrido alcanza una altura de 160-170 cm. Los arbustos, con su robusto sistema radicular, producen una cantidad media de hojas, todas de tonos verdes claros. Las hojas de la planta tienen una forma estándar.
- Marfa f1 es un tomate con inflorescencias simples. La primera de estas formaciones aparece sobre la séptima u octava hoja, y todas las posteriores similares se desarrollan cada tres hojas.
- La variedad es muy resistente a enfermedades como el virus del mosaico del tabaco, fusarium, cladosporiosis y marchitez verticillium.
- En un pincel se desarrollan hasta 7-8 bayas.
- Los frutos maduros pesan entre 130 y 150 gramos. El tomate tiene forma esférica. La piel es lisa y firme, y la pulpa, jugosa.
- Cerca del tallo hay depresiones y manchas de tonos amarillo-rojos.
- Las bayas maduras son de color rojo.

Las reseñas de los agricultores que cultivan esta variedad indican que la producción de tomates alcanza los 6-7 kg por mata. Tras la cosecha, las bayas pueden conservarse en un lugar fresco durante 30-35 días.
Los jardineros informan que las semillas de esta variedad tienen una buena tasa de germinación. Las plantas producen una cosecha estable durante un largo periodo de fructificación. Los agricultores consideran que la necesidad de atar los arbustos a tutores o espalderas resistentes es un inconveniente. Si se omite esta operación, las ramas de los arbustos se romperán bajo el peso de las bayas que aparezcan en ellas.

Aunque los tomates son resistentes a diversas enfermedades, es recomendable rociar las plántulas y los arbustos con diversos productos medicinales de forma profiláctica. Esto ayuda a prevenir la aparición de síntomas de infecciones fúngicas y bacterianas.
La planta tolera fluctuaciones repentinas de temperatura, pero los criadores aconsejan plantarla en invernaderos en Siberia y el extremo norte, ya que los veranos cortos y fríos pueden causar una pérdida de rendimiento del 30% cuando se plantan arbustos al aire libre.

Plantación y cuidado de tomates
Tras comprar las semillas, es necesario calentarlas antes de plantarlas. Para ello, coloque todas las semillas en una bolsa pequeña y colóquela en un radiador durante 3 o 4 días. Si es necesario, desinféctelas con una solución diluida de permanganato de potasio. Después, trátelas con preparaciones especiales para una mejor germinación. El más común es Epin.

Siembre las semillas en tierra especial para tomates a una profundidad de 20 mm. Una vez que broten, trasládelas a un lugar soleado. Desbroce las plántulas cuando desarrollen una o dos hojas.
La tierra de los bancales se prepara en otoño. Se excava y se riega con sulfato de cobre (en una proporción de 1 cucharada por cada 10 litros de agua). Antes de plantar las plántulas, se fertiliza la tierra. Para ello, se mezclan partes iguales de turba, serrín y humus. Se añaden 0,5 kg de ceniza y 3 cucharadas de superfosfato a la mezcla. Después, se excavan los bancales y se riegan con una solución de cal. Todos estos pasos se realizan de 10 a 12 días antes de trasplantar las plántulas a su sustrato definitivo.

Antes de plantar plántulas, añada fertilizante nitrogenado a los hoyos. Añada regularmente una mezcla con sulfato de magnesio al suelo. Tras la formación de los frutos, abone los arbustos con fertilizantes de potasio y fósforo. Una vez que los frutos aparezcan, se recomienda fertilizar los bancales con mezclas complejas de fertilizantes.
Los tomates deben regarse dos veces por semana con agua tibia. Esto debe hacerse al anochecer, después de la puesta del sol. La tierra no debe estar demasiado húmeda, de lo contrario, las plantas perderán sus brotes.
Al cultivar tomates en invernadero, es importante ventilar la habitación con regularidad. Se recomienda desherbar los bancales una vez por semana; esto mantendrá las plantas libres de malezas y evitará algunas enfermedades comunes en los cultivos de solanáceas.
Aflojar el suelo permite que el tomate desarrolle un sistema de raíces fuerte y lo protege de los parásitos que se instalan en las raíces.
Se utilizan pesticidas químicos contra plagas de jardín (escarabajos de la patata, pulgones y orugas). Se puede usar sulfato de cobre o una solución jabonosa para controlar las plagas. Las babosas y los parásitos de las raíces se pueden repeler añadiendo ceniza de madera al suelo.
Los cultivadores recomiendan rotar los sitios de cultivo de tomates cada año. De lo contrario, la producción disminuirá con el tiempo.










