El tomate portugués Dacosta es una de las primeras variedades de frutos altos y grandes en madurar. Estos tomates se caracterizan por una maduración gradual, un color rosa intenso y un sabor excelente.
Ventajas de la variedad
La variedad de tomate Dacosta (Portugal) es un tomate poco común, caracterizado por un periodo de maduración medio y una alta productividad. Se recomienda su cultivo en invernaderos y campo abierto.

Un arbusto indeterminado, que alcanza una altura de 150-200 cm, requiere soporte adicional y la eliminación de brotes sobrantes. Se logra una alta productividad cultivando la planta con dos tallos.
Los frutos son ligeramente acanalados, aplanados y redondeados. Al cortarlos horizontalmente, se aprecian cámaras que contienen una pequeña cantidad de semillas. El peso del fruto es de 500 a 800 g.
La descripción de la variedad se centra en su sabor. Los tomates son de un color rosa intenso, con piel fina y pulpa jugosa y dulce.

Las opiniones de los jardineros que cultivan la variedad Dacosta indican que los tomates se caracterizan por un rendimiento estable y son adecuados para el consumo en fresco y la elaboración de kétchup.
Los tomates Dacosta se caracterizan por su máxima calidad. Sus frutos se caracterizan por su color, tamaño y madurez uniformes. No presentan daños mecánicos ni quemaduras solares.

Técnicas de cultivo
Esta variedad indeterminada es ideal para el cultivo en invernadero, ya que en condiciones confortables la planta puede crecer durante mucho tiempo y producir una cantidad significativa de tallos florales.
Es importante considerar el momento y las condiciones para plantar las plántulas. Para un desarrollo radicular normal, la temperatura del suelo debe alcanzar los 10 °C. Se recomienda plantar de 2 a 3 plantas por metro cuadrado.

Tras plantarlos en el suelo, entre 7 y 10 días después, los arbustos se atan a un soporte o enrejado vertical. Para ello, se pasa una cuerda por el enrejado y se enrolla alrededor del arbusto mediante dos hojas. A medida que la planta crece, el tallo principal se trenza alrededor de la cuerda.
Para asegurar el cuajado, es fundamental controlar la temperatura. Durante el periodo de fructificación, se requieren temperaturas de 20 a 23 °C durante el día y 16 °C por la noche. Si el cultivo se calienta demasiado, el polen se vuelve estéril e incapaz de fertilizar las flores.
Para una mejor polinización, se recomienda sacudir los tallos florales una o dos veces por semana. Las bajas temperaturas afectan negativamente el desarrollo de las plantas. Los tomates son más sensibles durante la floración.
Para lograr altos rendimientos por arbusto, es fundamental cumplir con los requisitos agrícolas. Se presta especial atención al desarrollo del sistema radicular. Se recomienda controlar el equilibrio de humedad y aire alrededor de las raíces.

Para evitar que la tierra se seque, cubra con fibra negra no tejida. El uso de heno, paja y hojas como mantillo proporciona una fuente adicional de nutrición orgánica para los arbustos.
El riego excesivo es peligroso para los tomates, ya que favorece el desarrollo de enfermedades fúngicas (tizón tardío, cladosporiosis, moho gris y mancha negra bacteriana).
Normalmente, la planta se cultiva con un solo tallo, con cuidado de eliminar rápidamente los brotes sobrantes. Para aumentar el peso del fruto, se recomienda regular el número de peciolos.
Los arbustos de tomate altos requieren nutrición adicional, por lo que cada 2-3 semanas, se aplican fertilizantes complejos a las raíces de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Para el desarrollo normal de las plantas se utilizan preparados que contienen compuestos de potasio, fósforo, cobre y zinc.
La maduración gradual del cultivo requiere la recolección periódica de frutos maduros del arbusto. La recolección oportuna y la eliminación de los frutos dañados aceleran la maduración de los tomates restantes.









