El tomate siberiano Izobilny, cuyas características y descripción de la variedad resaltan sus cualidades superiores de consumo, se destina al cultivo en invernadero. Este tomate es popular entre los horticultores debido a su maduración temprana, alta productividad y resistencia a las enfermedades.
Beneficios de los tomates
La variedad de tomate siberiano Izobilny se recomienda para el cultivo en campo abierto en las regiones del sur y en invernaderos.

Este tomate se distingue por su fructificación temprana, que requiere de 90 a 110 días desde la germinación hasta la cosecha. El arbusto indeterminado alcanza una altura de 180 a 200 cm durante la temporada de crecimiento.
El desarrollo adecuado del cultivo se logra entrenando el arbusto en 2 o 3 tallos y atándolos a espalderas con cuerdas. Para asegurar una maduración uniforme del fruto durante toda la temporada de crecimiento, retire los brotes sobrantes de las axilas de las hojas.
Los tomates verdes de la variedad Siberian Abundant tienen un color rojo con un tinte anaranjado; cuando están maduros, adquieren un color carmesí intenso.
Los tomates tienen forma ovalada con la punta ligeramente puntiaguda. Los frutos tienen una superficie lisa y brillante, pulpa firme y un sabor dulce. Pesan entre 100 y 200 g. El rendimiento por mata es de 6 kg.

Los primeros tallos florales aparecen a la altura de la sexta o séptima hoja, y los racimos posteriores se forman a intervalos de una hoja sí y otra no. Cada racimo produce de 8 a 10 frutos. Los arbustos cultivados con prácticas agrícolas adecuadas pueden producir hasta 7 racimos.
Las reseñas de los horticultores indican una cosecha temprana y abundante, así como una fructificación estable y duradera. Esta variedad de tomate es popular entre los horticultores de Siberia, los Urales y la región del Volga debido a su adaptabilidad a las condiciones climáticas adversas.
En la cocina, los frutos se utilizan frescos como ingredientes de diversos platos. Enlatados y encurtidos, los tomates conservan su forma.
Técnicas de cultivo
Siembre las semillas de las plántulas 60-65 días antes de la fecha prevista de siembra. Para ello, llene el recipiente con la mezcla de tierra preparada, compáctela ligeramente y riegue con agua tibia.

Las semillas tratadas con una solución acuosa de permanganato de potasio y un estimulante de crecimiento se plantan a 1 cm de profundidad. El recipiente se cubre con film transparente hasta que brotan los brotes. Una vez que las plántulas brotan uniformemente, se retira el film transparente.
Las plantas requieren una temperatura óptima y constante de 23 a 25 °C. La iluminación se proporciona mediante iluminación complementaria con lámparas fluorescentes.

Las plántulas se trasladan al invernadero a finales de abril, siempre que la temperatura diurna se mantenga a 24 °C. Por la noche, la temperatura puede reducirse a 18-20 °C. El requisito principal para las plántulas es la presencia de un primer cepillo formado.
En estas condiciones, la primera cosecha del arbusto se puede recoger a principios de junio. Al plantar en el suelo, las plántulas se espacian en dos hileras por metro cuadrado. La distancia entre arbustos debe ser de 40 cm y el ancho del camino, de 70 cm.
Para garantizar que las plantas obtengan todos los nutrientes necesarios para la producción de frutos, se recomienda el uso de fertilizantes orgánicos. Se aplican fertilizantes minerales con nitrógeno, potasio y fósforo a las raíces.

El cuidado del arbusto implica aflojar periódicamente la tierra para mantener el equilibrio de humedad y asegurar el acceso de aire al sistema radicular. El riego por goteo se logra cubriendo la tierra con fibra negra no tejida.
El uso de paja, hierba del año anterior y hojas como mantillo proporciona nutrición orgánica adicional a las plantas. Cubrir el suelo con mantillo minimiza el control de malezas.









