¿Qué vitaminas y microelementos contienen los tomates y para qué sirven?

Los tomates son una verdura básica del verano. ¿Qué vitaminas contienen? ¿Vale la pena cultivarlos?

El valor de los tomates

Los tomates aparecieron en Rusia hace apenas tres siglos, traídos de Sudamérica. Inicialmente, la planta se usaba solo como cultivo ornamental para jardines y patios. Pero una vez que la gente descubrió su sabor, no pudieron resistirse. Los jardineros cultivan sus propios tomates para garantizar el producto más natural posible. Los tomates no solo son una verdura sabrosa en la dieta humana, sino también valiosa.

Tomates maduros

A primera vista, podría parecer que los tomates carecen de vitaminas y minerales, ya que su fruto está compuesto en un 94 % de agua. Sin embargo, su consumo regular puede aportar al organismo todos los nutrientes necesarios. Por ejemplo, contienen hasta el 15 % del valor diario recomendado de vitaminas del complejo B. El licopeno, la sustancia que da a los tomates su color rojo, también desempeña un papel importante. En el cuerpo humano, el licopeno previene el desarrollo del cáncer de próstata.

Los tomates contienen vitaminas A, E, C, K y PP. Sin embargo, la mayor cantidad de vitaminas proviene del grupo B (B1, B2, B5, B6, B9 y B12).

Al comer tomates, el cuerpo recibe microelementos como:

  • calcio;
  • magnesio;
  • potasio;
  • flúor;
  • cobre;
  • fósforo;
  • sodio;
  • hierro;
  • zinc;
  • selenio.

Como todos los alimentos vegetales, los tomates contienen una gran cantidad de fibra, lo que tiene un efecto positivo en el tracto gastrointestinal. Además, su ácido orgánico mejora el apetito.

Vitaminas en los tomates

Existen muchas variedades de tomates, que varían no solo en forma y tamaño, sino también en color. La cantidad de nutrientes beneficiosos varía según la variedad. Por ejemplo, los tomates rojos clásicos contienen más licopeno, mientras que los tomates rosados ​​contienen más selenio.

Los médicos recomiendan consumir de 1 a 2 frutas medianas al día para prevenir el cáncer de colon. La eficacia de esta dieta ha sido demostrada en ensayos clínicos de diez años con más de 12 000 voluntarios.

Puedes disfrutar de esta verdura natural y rica en vitaminas durante el verano y el otoño. Los tomates frescos también se encuentran en las tiendas en invierno, pero su valor nutricional es mucho menor. Para disfrutar de un producto natural, se conserva el jugo de tomate para el invierno. Es importante recordar que algunas sustancias, como el ácido ascórbico, se destruyen al hervirlo. Sin embargo, el jugo casero sigue siendo beneficioso siempre que no se añada demasiada sal ni especias.

Vitaminas en los tomates

Como se mencionó anteriormente, esta verdura contiene una gran cantidad de vitaminas del complejo B. ¿Por qué las necesita el cuerpo humano? La vitamina B1 es esencial para los procesos metabólicos básicos: metabolismo del agua y la sal, proteínas, carbohidratos y grasas. Además, la vitamina B1 estimula la función cardíaca y mejora la salud vascular.

Una deficiencia de vitamina B2 puede afectar la visión y debilitar el sistema inmunitario. Esta vitamina es esencial para la regeneración celular. La vitamina B5 participa en la producción de hormonas sexuales y es esencial para el crecimiento de los huesos y el tejido orgánico. Una deficiencia de vitamina B5 puede afectar la absorción de antibióticos. La vitamina B6 es responsable de los niveles de la hormona de la felicidad, estabiliza la función de todos los órganos principales y tiene un leve efecto antiespasmódico. Una deficiencia de vitamina B9 provoca anemia.

Tomates y jugo

Los tomates también contienen otras vitaminas igualmente valiosas. El retinol (vitamina A) es esencial para la salud de los ojos y la piel. Una deficiencia de retinol debilita el sistema inmunitario, perjudica la función cardíaca, reduce la visión y dificulta la cicatrización de las lesiones cutáneas. Además, el retinol es uno de los antioxidantes más potentes.

La vitamina E (tocoferol) retrasa el envejecimiento, fortalece los vasos sanguíneos, normaliza la presión arterial y oxigena los tejidos. El tocoferol normaliza el funcionamiento del sistema reproductivo; una deficiencia de esta vitamina dificulta la absorción de nutrientes.

Todos sabemos que la vitamina C refuerza el sistema inmunitario, pero no solo eso. El ácido ascórbico desintoxica el organismo, promueve la renovación celular y tiene propiedades antialérgicas. Esta verdura contiene una cantidad significativa de vitamina K, que ayuda a absorber el calcio. Además, esta vitamina es esencial para la función renal.

Tomates maduros

Basándonos en las vitaminas que contiene el tomate, podemos concluir que esta verdura no sólo es saludable, sino esencial para el funcionamiento normal de todos los órganos y sistemas.

Beneficios de los microelementos

Los tomates no solo contienen vitaminas, sino también numerosos micronutrientes. Consumir de 2 a 3 tomates al día es suficiente para aportar al cuerpo los nutrientes esenciales.

Gracias a su contenido de potasio, los tomates son beneficiosos para el sistema cardiovascular y para quienes padecen edemas. El hierro es esencial para la producción de hemoglobina y el calcio fortalece los huesos. El fósforo estimula el metabolismo, mientras que el zinc es esencial para la salud del cabello y la piel. El magnesio es un antioxidante natural, ayuda a combatir el estrés y fortalece el sistema nervioso.

Microelementos en los tomates

Los tomates deberían incluirse en la dieta de las personas con aterosclerosis y propensas a la formación de coágulos sanguíneos. Mejoran el rendimiento al estimular la actividad cerebral. La colina, presente en los tomates, ayuda a eliminar el colesterol malo y previene la acumulación de placa en los vasos sanguíneos.

La cantidad de vitaminas y microelementos depende del grado de madurez de la verdura. Las frutas verdes son bajas en caroteno, que combate el estrés oxidativo. Solo se deben consumir tomates maduros.

No mucha gente sabe que los tomates ayudan a combatir la obesidad, en gran parte debido a su bajo contenido calórico. Pero no son solo sus nutrientes (fibra y cromo) los que te mantienen saciado.

Daños y contraindicaciones

Como todos los alimentos, los tomates pueden ser perjudiciales para la salud en determinadas circunstancias. Son saludables porque contienen una gran cantidad de vitaminas y minerales. Sin embargo, es precisamente esta abundancia de nutrientes lo que los hace inadecuados para niños menores de 3 años. El cuerpo de un niño es incapaz de digerir alimentos tan complejos. La sobrecarga del tracto gastrointestinal puede provocar indigestión.

Jugo de tomate

Comer demasiados tomates puede causar una reacción alérgica, que generalmente se manifiesta como una erupción cutánea. El consumo excesivo de esta verdura puede provocar problemas digestivos e incluso acidez estomacal.

Los tomates contienen una pequeña cantidad de ácido oxálico, que puede exacerbar la gota y algunas enfermedades renales. El producto tiene un efecto colerético, por lo que no se recomienda para personas con cálculos biliares.

Debe excluirse de la dieta de quienes padecen artritis y osteocondrosis. En caso de enfermedades articulares, los ácidos del tomate pueden alterar el equilibrio sódico, lo que puede agravar la afección.

Una rama con tomates

El tomate está contraindicado en personas con asma bronquial, amenorrea, alergias e intolerancias al producto o a sus componentes. Las personas con gastritis e hipertensión deben consumir únicamente verduras frescas y evitar los encurtidos. No es el tomate en sí lo perjudicial, sino la sal y el vinagre que se utilizan para cocinar.

Los tomates verdes no contienen vitaminas, pero sí contienen una sustancia tóxica llamada solanina. Nunca deben consumirse crudos. Sin embargo, el proceso de encurtido descompone y neutraliza la toxina, por lo que el producto no es perjudicial.

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