- Ventajas y desventajas de la tecnología holandesa
- ¿Qué variedades son adecuadas?
- Principios básicos del método holandés
- Disposición del invernadero
- Parámetros y requisitos necesarios
- Sistema de temperatura y ventilación en un invernadero.
- Proceso de cultivo: tecnología paso a paso
- Preparando semillas para plantar
- Siembra en el sustrato
- Época de formación de las plántulas
- Cuidado de los arbustos de tomate
- Riego y fertilización
- Moldeador y liga
- Injerto
- Los matices de la cosecha
- Reseñas de jardineros sobre este método de cultivo.
Una característica distintiva del cultivo holandés de tomates es que estos no se plantan en el suelo, donde son vulnerables a las plagas, sino en un sustrato compuesto de lana mineral y fertilizante complejo. Las hortalizas se colocan en un invernadero con un alto contenido de dióxido de carbono, lo que mejora la fotosíntesis. Se introducen insectos para polinizar las flores. En estas condiciones, los tomates maduran no solo en verano, sino prácticamente durante todo el año.
Ventajas y desventajas de la tecnología holandesa
Cultivar tomates con el método empleado por los horticultores holandeses multiplica considerablemente la producción por mata. Los frutos se producen en abundancia, maduran uniformemente y no se agrietan ni se deforman durante el transporte. Este método, adoptado de Holanda, permite cosechar durante todo el año. Las plantas están libres de enfermedades y plagas. Los frutos deleitan con su excelente sabor y su agradable aroma, independientemente de la temporada de maduración.
¿Qué variedades son adecuadas?
No todas las hortalizas son aptas para plantar y cultivar en condiciones inusuales. Para garantizar que las frutas maduren en invernadero más allá del verano, se seleccionan tomates indeterminados y variedades de tamaño mediano. Para cultivar con tecnología holandesa, conviene adquirir:
- Debut. Este híbrido, de aproximadamente 2,5 m de altura, produce una cosecha de tomates de colores clásicos que pesan más de 200 g. Rinde aproximadamente 10 kg de fruta por metro cuadrado.
- Luna de Miel. Tomates grandes, de color rosa, que maduran en poco más de dos meses. Se pueden cosechar tanto en verano como en primavera.
- Camry. Esta variedad indeterminada es apreciada por su productividad; el fruto madura en invierno.
- El híbrido Raisa, de porte alto, prospera en sustrato mineral. Sus tomates compactos, de color rojo brillante, están protegidos de daños por su piel gruesa, se transportan fácilmente y se mantienen frescos durante mucho tiempo.

Estas variedades de tomate producen una buena cosecha al plantarse en un invernadero estándar. Sin embargo, con métodos de cultivo eficaces, la productividad aumenta significativamente.
Principios básicos del método holandés
Para asegurar un rápido desarrollo y protección contra infecciones, las plántulas de tomate se enraizan en lana mineral en lugar de tierra. Solo se siembran las semillas en tierra. Las plagas siempre están presentes en la tierra, y para controlarlas es necesario un tratamiento con productos químicos nocivos.
Los insectos no prosperan en el algodón; a este sustrato no se añaden fertilizantes; en su lugar, los brotes y las hojas de tomate se rocían con complejos minerales.
Se coloca arcilla expandida en el fondo del semillero de tomates y se añade el sustrato encima. Se plantan de cinco a seis semillas en cada semillero, se cubren con vermiculita o arena húmeda, se envuelven en film transparente y se colocan en un lugar oscuro. Después de dos semanas, las plántulas se transfieren a un semillero de plástico lleno de lana mineral.

Disposición del invernadero
La tecnología holandesa no implica la siembra de hortalizas en bancales abiertos, sino únicamente en suelo protegido. La productividad de este método depende de las condiciones del espacio donde se cultivan los tomates.
Parámetros y requisitos necesarios
Unos días antes de plantar tomates, se eleva la temperatura del invernadero a al menos 16 °C y se calienta el sustrato. Siempre se lavan las ventanas o el plexiglás para mejorar la iluminación. Para garantizar el bienestar de las plantas, la temperatura debe controlarse automáticamente y mantenerse entre 16 y 20 °C, con una reducción de 2 grados por la noche. Los tomates no toleran el frío ni las fluctuaciones de temperatura.

Sistema de temperatura y ventilación en un invernadero.
Antes de plantar tomates, es necesario pensar en cómo se calentarán, ventilarán, regarás y fertilizarán el suelo y los arbustos.En el invernadero está instalado un sistema de calefacción y riego, y la habitación está provista de ventilación, que mantiene la humedad al 65%.
La calefacción debe diseñarse de manera que:
- Las partes superiores de las plantas se calentaron.
- El polen cayó como en condiciones naturales.
- Los tomates maduraron de manera uniforme y armoniosa.
Se instalan mangueras con tubos por todo el invernadero, conectadas a un dispensador de agua. El suministro de agua es automático o manual, pero la temperatura no debe ser inferior a 16 °C. Se debe tener cuidado para evitar que las gotas caigan sobre las hojas.

Proceso de cultivo: tecnología paso a paso
Los tomates en invernadero dan fruto casi todo el año. Durante las épocas de calor, las plántulas tardan no más de 40 días en germinar, unos 50 en primavera y hasta 60 en invierno. Este video te ayudará a comprender el proceso de cultivo.
Preparando semillas para plantar
Primero hay que clasificar las semillas. Para ello, añade de una a una cucharada y media de sal a un litro de agua y echa las semillas de tomate.
Las semillas que se han hundido hasta el fondo se lavan y se desinfectan con permanganato de potasio.
Poco antes de plantar, las semillas se endurecen manteniéndolas a una temperatura de 50-60 °C, se colocan en un lugar fresco y se tratan con un estimulante de crecimiento. Antes de plantar, las semillas se germinan colocándolas en una gasa o servilleta de tela.

Siembra en el sustrato
El sitio para el material de siembra preparado debe elegirse en la zona más iluminada del invernadero. El suelo se prepara combinando turba y arena de río. La siembra de tomates consta de varios pasos:
- Se vierte arcilla expandida en el fondo de la maceta y se rellena con tierra.
- En el contenedor se realiza una ranura de 20 mm de profundidad.
- Plante 5 o 6 granos.
- Las semillas se cubren con una capa de arena de 2 centímetros.
- El contenedor está aislado con polietileno.
Las plántulas aparecen en menos de dos semanas. Las plántulas jóvenes se trasplantan a macetas sin tierra.

Época de formación de las plántulas
Al utilizar la tecnología holandesa, los tomates tienen ciertos requisitos. No se dejan más de 10 hojas en el primer racimo. Se necesitarán varias semanas para producir plántulas fuertes:
- en verano - 5;
- en invierno - hasta 9;
- En primavera - alrededor de 6.
El tallo de la planta debe ser de grosor medio, con un pedúnculo corto y racimos colgantes. Los tomates responden a condiciones favorables con una excelente cosecha. Se plantan de dos a tres tomates por metro cuadrado, con al menos 60 cm entre hileras.

Cuidado de los arbustos de tomate
Al cultivar hortalizas con tecnología holandesa, es fundamental un cuidado adecuado. Visite el invernadero a diario para supervisar el estado de los tallos, las hojas y los racimos.
Riego y fertilización
El riego por goteo es ideal para humedecer las raíces del tomate, distribuyendo el agua uniformemente en los surcos. La frecuencia de riego depende de varios factores. Con calor y luz solar intensa, la humedad se evapora rápidamente y la tierra se seca.
En el cultivo holandés, no se aplican fertilizantes a las raíces. Cada 10-14 días, se rocían los arbustos con una solución nutritiva que contiene micronutrientes como boro y magnesio. Este método de fertilización mejora la absorción del fertilizante.

Si la acidez del suelo aumenta, los tomates empiezan a madurar de forma desigual y a pudrirse. Añadir ceniza ayuda a solucionar este problema.
Moldeador y liga
Para prolongar el periodo de fructificación, que se ve facilitado por una buena iluminación, los tomates indeterminados, que crecen hasta 2,5 m de altura, se forman en 1 o 2 tallos, se eliminan los brotes laterales y se atan a un soporte.
Se extiende un alambre a lo largo del invernadero, se ata un extremo del cordel a él y el otro se asegura con un lazo entre la primera y la segunda hoja.
En los pinceles que se forman en la parte inferior del arbusto se van quitando las flores, dejando sólo 5; en la parte superior de la planta puede haber más.

Injerto
Para crear un sistema radicular fuerte, aumentar la producción y proteger los tomates de enfermedades, se realiza la cópula. Un mes antes de trasplantar las plántulas al sustrato mineral, se injertan las tomateras más débiles sobre las más fuertes. Con una cuchilla desinfectada, se realiza un corte de 15 mm en el tallo de ambas plantas, por encima de las hojas cotiledóneas. En el portainjerto, este corte debe realizarse de arriba abajo, en dirección opuesta al vástago. En cada planta, se parten las lengüetas, se insertan una dentro de otra y se fijan con cinta aislante.
Después de la cópula, la plántula forma 2 raíces, el tomate se desarrolla más rápido y produce más frutos.
Los matices de la cosecha
Los tomates maduran de forma uniforme. Deben cosecharse con cuidado, preferiblemente por la mañana. En verano, se cosechan cuando se ponen marrones; en otras épocas del año, se recogen cuando están maduros. Coseche los tomates tres o cuatro veces por semana; de lo contrario, las ramas se romperán por el peso de los tomates.

La cosecha se coloca en cajas o cestas, cuyo fondo se reviste con goma o se espolvorea con virutas de poliestireno. Para acelerar la maduración de los últimos frutos, los tallos de los arbustos se envuelven en plástico.
Reseñas de jardineros sobre este método de cultivo.
El método holandés requiere una inversión considerable en la instalación del invernadero, la calefacción y los sistemas de riego. No todos los horticultores pueden permitirse costos tan elevados, pero para los agricultores que cultivan tomates para la venta, este método es ideal.
Ivan Alekseevich, 45 años, Dzerzhinsk: "Llevo 10 años cultivando y vendiendo tomates. El clima de nuestra región no permite cosechar al aire libre, solo en interiores. Tras conocer la tecnología holandesa, instalé calefacción y ventiladores en el invernadero, y antes usaba un sistema de riego. Pedí semillas de dos variedades: Debut y Camry. Coseché el doble de tomates de lo habitual. Todos los tomates resultaron uniformes, bonitos y sabrosos".
Viktor Stepanovich, 52 años, Kostromá: «Cultivo hortalizas en un invernadero climatizado para mi familia y trato de plantar nuevas variedades cada año porque me encanta experimentar. Una vez leí en internet que una tecnología holandesa ya se utiliza en Rusia, lo que permite un aumento drástico en la producción de tomates. Hice una pequeña parcela en el invernadero y planté varias plantas de tomate Debut, que cultivé a partir de semillas, en lana mineral. De un metro cuadrado de tierra, coseché casi 7 kg de tomates; el fruto más grande pesó 184 gramos».


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