El tomate Meteorito de Cheliábinsk está incluido en el Registro Estatal de Logros de Mejoramiento. Esta variedad, introducida recientemente, ganó rápidamente popularidad entre los horticultores gracias a su resistencia a las inclemencias de la naturaleza y su versatilidad.
Ventajas de un híbrido
La variedad de tomate Chelyabinsk Meteorite F1 está diseñada para su cultivo en regiones con climas rigurosos. Este híbrido está zonificado para su siembra en regiones templadas, Siberia y los Urales.

Este tomate de maduración temprana empieza a dar fruto entre 95 y 105 días después de la germinación. Durante la temporada de crecimiento, dependiendo de las condiciones, el arbusto alcanza una altura de 120 a 150 cm, lo que requiere la eliminación de brotes y su fijación a un soporte.
Una planta con follaje mediano. Para aumentar la productividad, los arbustos se entrenan para formar 2 o 3 tallos, dejando dos hojas por encima del racimo. El racimo floral es simple y produce de 5 a 8 frutos con un peso de 55 a 90 g. El rendimiento del híbrido es de 16 kg por metro cuadrado.
Los tomates maduros adquieren un color rojo anaranjado. Son redondos, de superficie lisa, con pulpa carnosa y tierna, piel gruesa y sabor dulce. Son hipoalergénicos y se recomiendan para una dieta saludable.

La variedad de tomate Meteorito de Cheliábinsk, cuyas características y descripción indican resistencia a condiciones climáticas adversas, se caracteriza por una fructificación estable. El híbrido conserva su capacidad de fructificar incluso en climas secos y fríos.
Las frutas maduras se pueden almacenar durante mucho tiempo y resisten bien el transporte a largas distancias. Las opiniones de los horticultores indican que los tomates Meteorito de Cheliábinsk son fáciles de cuidar.
En la cocina, los tomates se utilizan frescos en diversos platos. Son ideales para enlatar, ya que conservan su forma durante la cocción.

Tecnología agrícola para el cultivo del tomate
El híbrido se cultiva a partir de plántulas. Los recipientes se llenan con un sustrato preparado, compuesto por tierra fértil y humus. Se compacta ligeramente y se surca a 1 cm de profundidad.
Para asegurar una germinación uniforme, las semillas se pretratan con una solución de agua de aloe vera y un estimulante de crecimiento. Para mejorar la germinación, las semillas de tomate se remojan en agua tibia durante 48 horas.

Si las plántulas tienen una capa nutritiva de color, no requieren tratamiento. Estas semillas están recubiertas con una mezcla nutritiva que contiene todos los nutrientes necesarios para la germinación.
Tras la siembra, añada una capa de 5 mm de turba por encima. Riegue con agua tibia con un pulverizador. Cubra el recipiente con film transparente o vidrio para crear un efecto invernadero y trasládelo a un lugar más cálido. Una vez que broten los brotes, retire la tapa y coloque el recipiente en un lugar bien iluminado.
Para un desarrollo normal las plántulas requieren las siguientes condiciones:
- condiciones de temperatura;
- ventilación constante;
- iluminación adicional, riego oportuno;
- Aplicación periódica de fertilizantes complejos.

Cuando se han formado una o dos hojas verdaderas, se realiza el trasplante. Este procedimiento permite eliminar las plantas débiles y asegurar el desarrollo normal de las plántulas destinadas a ser plantadas en el suelo. Al cultivar plántulas en macetas individuales, no es necesario trasplantarlas.
Los tomates se cultivan fácilmente con pellets de turba, en los que se colocan de 2 a 3 semillas. Tras la germinación, se conservan las plantas vigorosas. Este método de cultivo ayuda a proteger el sistema radicular de daños.
Los tomates se trasplantan a su ubicación definitiva entre 55 y 60 días después de la germinación. Estas plántulas alcanzan una altura de 30 cm y han formado de 6 a 7 hojas y un racimo floral.
Cuidado de la plantación
El lugar de plantación se selecciona con antelación, teniendo en cuenta la rotación de cultivos. Los mejores precursores del tomate son las legumbres, la col, el pepino y la zanahoria. Antes de plantar, se desinfecta el suelo con una solución de permanganato de potasio.
Los arbustos se plantan a una distancia de 40 cm entre sí, dejando un espacio de 50 cm entre hileras. Las plantas se trasladan sin romper el cepellón, se cubren con tierra y se riegan abundantemente con agua tibia.

Cubrir el suelo con mantillo puede ayudar a regular la humedad y el equilibrio del aire, facilitar el riego por goteo y prevenir el crecimiento de malezas. Para ello, se puede usar paja, hojas o fibra negra no tejida.
Los tomates se riegan semanalmente desde la raíz con agua tibia. Es importante mantener un nivel de humedad moderado. El exceso de humedad puede provocar que la fruta se agriete.
Con un cuidado constante, se puede lograr un alto rendimiento por planta. Los tomates requieren fertilizantes minerales en diferentes etapas de su desarrollo.
La humedad alta favorece el desarrollo de enfermedades fúngicas. Como medida preventiva, los arbustos se tratan con preparados especiales a base de cobre y el invernadero se ventila regularmente. Se utilizan insecticidas y remedios caseros para combatir las plagas biológicas.










