- Causas y signos característicos del marchitamiento de las hojas.
- Falta de nutrientes en el suelo
- Deficiencia de humedad
- Condiciones climáticas
- Enfermedades que causan marchitez y pudrición de las hojas del repollo
- Peronosporosis
- Kila
- Alternaria
- Parasitismo de plagas
- Pulgones y moscas blancas
- Escarabajo pulga crucífero
- Otros insectos
- ¿Qué hacer si las hojas de col se marchitan?
- Regulamos el riego
- Aplicamos fertilizantes
- Protegiéndose de las enfermedades
- Tratamos insectos
- La prevención y el cuidado adecuado son la clave para una buena cosecha.
¿Por qué las hojas del repollo se amarillean y se marchitan? Esta pregunta la suelen hacer los jardineros que deciden cultivar esta verdura rica en vitaminas. Resulta que existen varios factores que pueden causar el amarilleo y el marchitamiento de las hojas. Con el cuidado adecuado y tratamientos preventivos, el repollo crecerá sano y formará una cabeza grande y firme.
Causas y signos característicos del marchitamiento de las hojas.
Las hojas de col pueden marchitarse inmediatamente después de trasplantar las plántulas al huerto. En este punto, las plantas jóvenes son muy vulnerables. La luz solar directa puede hacer que pierdan mucha humedad. Las raíces aún están demasiado débiles para reponer sus reservas de agua. En este punto, las plántulas necesitan refugio y abundante riego.
Las hojas de col pueden marchitarse antes de que maduren las cabezas por diversas razones. La planta puede infectarse con un virus u hongo, o sufrir ataques de insectos. Las hojas de col se marchitan debido a la falta de nutrientes en el suelo, condiciones climáticas desfavorables o prácticas agrícolas inadecuadas.
Falta de nutrientes en el suelo
El repollo debe cultivarse en un suelo bien fertilizado, neutro o ligeramente ácido. La falta de microelementos minerales en el suelo altera el metabolismo de la planta y afecta su crecimiento y apariencia.
Sin embargo, las hojas de repollo a veces se marchitan debido a infestaciones de insectos u hongos, envejecimiento natural, sequía o exceso de cloro, aluminio o manganeso en el suelo. Es importante determinar correctamente la causa del marchitamiento de la planta antes de tomar cualquier medida.

Una deficiencia de nitrógeno provoca que la planta adquiera un color verde claro anormal, con las hojas completamente amarillas. Una deficiencia de fósforo provoca que la col se torne verde oscuro. Las hojas conservan el mismo color, pero a veces aparecen pequeñas manchas amarillas.
Una deficiencia de potasio, magnesio o zinc se manifiesta por el amarilleo de secciones individuales de la hoja, en lugar de toda la hoja. Por ejemplo, los bordes de las hojas se secan debido a la deficiencia de potasio.
Los síntomas de marchitamiento por falta de nitrógeno, fósforo, zinc, potasio y magnesio se observan inicialmente solo en las hojas más viejas de la col. Cuando estos micronutrientes son deficientes en el suelo, migran de las partes más viejas de la planta a las más jóvenes, que no presentan signos de deficiencia mineral.

Sin embargo, si el repollo se planta en un suelo deficiente en calcio, boro, manganeso, cobre, azufre y hierro, los signos de marchitamiento son visibles incluso en las hojas jóvenes. Pierden su color verde total o parcialmente. Si se aplica el fertilizante necesario, los signos de deficiencia del oligoelemento mineral dominante desaparecen.
Deficiencia de humedad
El repollo se considera una planta que necesita mucha humedad. Sus altas necesidades hídricas se deben a sus características morfológicas (raíces superficiales y gran superficie foliar evaporativa). El repollo necesita humedad sobre todo durante la germinación de las semillas, el establecimiento de las plántulas y la formación de la cabeza. Si la humedad es insuficiente, los bordes de las hojas se tornan rosados, se curvan y desarrollan una floración azulada. Posteriormente, el repollo se seca y muere en el huerto si no se riega con regularidad.
Sin embargo, el exceso de humedad también puede provocar que las hojas de col se marchiten. El riego excesivo puede acidificar el suelo, lo que interrumpe el suministro de oxígeno a las raíces. Al no regar en exceso y aplicar la cantidad correcta de agua con regularidad, puede prevenir el marchitamiento de las hojas de col.

Condiciones climáticas
El repollo es un cultivo resistente al frío. Las plántulas se desarrollan bien a temperaturas de -12-15 °C (53-59 °F). Es mejor plantar las plántulas en el huerto a mediados de mayo, cuando la temperatura del suelo alcanza los 10 °C (50 °F). Una vez plantado, el repollo prospera en condiciones frescas de verano. Las cabezas se desarrollan bien a temperaturas de 18-20 °C (64-68 °F).
En veranos secos y excesivamente calurosos, las hojas inferiores amarillean y se caen, y las cabezas de la col se parten. Las plantas maduras no toleran el calor, pero toleran bien las heladas otoñales breves. En climas fríos y lluviosos, la col suele verse afectada por infecciones fúngicas.

Enfermedades que causan marchitez y pudrición de las hojas del repollo
Si no se siguen las prácticas agrícolas, se descuida el cuidado o se presentan condiciones climáticas adversas, el repollo puede enfermarse. Esto puede deberse a una infección fúngica o viral.
Peronosporosis
Esta enfermedad también se conoce como mildiú velloso. Esta infección fúngica afecta tanto a plántulas jóvenes como maduras, pero es más peligrosa para los trasplantes. Aparecen manchas amarillas o marrones en el haz de las hojas, cerca de las nervaduras. El patógeno penetra en las hojas a través de los estomas. En climas húmedos, se desarrolla una capa grisácea de esporas fúngicas en el envés de las hojas de la col.

Los días lluviosos favorecen la rápida propagación de la infección. Las hojas afectadas amarillean y luego se marchitan. El mildiu velloso se desarrolla a temperaturas superiores a 15 °C, con alta humedad, en suelos ácidos y en zonas sofocantes y sin ventilación.
Kila
Una enfermedad fúngica que ataca las raíces de plantas jóvenes y maduras. Se dice que las plántulas infectadas con hernia de la col mueren por completo. Esto es cierto. El hongo forma crecimientos e hinchazones en las raíces que son difíciles de notar. Por mucho que riegues la col, se marchita. La hernia de la col impide que las plantas maduras se desarrollen con normalidad. Sus hojas se marchitan y amarillean, y las cabezas de col se vuelven pequeñas, se caen, se secan y, a veces, ni siquiera llegan a formarse. La hernia de la col suele estar activa en climas cálidos y húmedos, en suelos ligeramente ácidos.

Alternaria
Esta enfermedad fúngica se denomina mancha negra. El patógeno ataca a los cultivos jóvenes y maduros, así como a las semillas. Aparecen manchas negras en las hojas de col, que posteriormente se caen y forman agujeros. La planta afectada forma una cabeza de col suelta. Las hojas de col se amarillean y se marchitan. Las semillas pierden su viabilidad si el hongo penetra en sus embriones.
La mancha foliar por Alternaria se presenta en plantaciones densas durante períodos de lluvias intensas o riegos a temperaturas superiores a 25 °C. La fuente de infección son las semillas infectadas o los restos vegetales que contienen micelio o conidios.

Parasitismo de plagas
Durante su temporada de crecimiento, el repollo está sujeto a plagas. Los insectos y sus larvas atacan las hojas, los tallos y las raíces de la planta, provocando marchitez, retraso del crecimiento e incluso la muerte del cultivo.
Pulgones y moscas blancas
Los pulgones de la col son diminutos insectos amarillos, de cuerpo blando, que se alimentan de la savia de la col. Las colonias de estas plagas se asientan en las hojas de la planta. La planta se debilita, sus hojas se marchitan y se secan, y las cabezas se aflojan y a menudo se pudren. Puedes salvar la cosecha si empiezas a controlar los pulgones antes de que se formen las cabezas.
La mosca blanca es una pequeña mariposa con alas blancas y dos manchas oscuras, similar a una polilla. El insecto pone huevos en el envés de las hojas de la col. Las larvas se alimentan de la savia de la col. La fumagina se desarrolla en las secreciones de la mosca blanca. Las hojas afectadas por los insectos y la infección por hongos pierden su aspecto saludable, se amarillean y se marchitan.

Escarabajo pulga crucífero
Estos insectos saltadores negros, azules o rayados son en realidad pequeños escarabajos de las hojas. Estas plagas dañan las hojas de col al masticarlas y perforarlas. Las hembras ponen sus huevos en el suelo y las larvas eclosionadas se alimentan de las raíces de las plantas.
Los escarabajos son peligrosos para las plántulas jóvenes y, si se propagan en masa, pueden destruir cultivos maduros.
Otros insectos
Los ácaros y las moscas de la col son perjudiciales para la col. Las telarañas en el envés de las hojas indican actividad de los ácaros. Estos insectos verdosos o anaranjados se alimentan de la savia de la col y provocan la desecación de las hojas.

La mosca de la col es muy similar a la mosca doméstica común. Sin embargo, su dorso gris presenta tres franjas longitudinales negras. La mosca pone huevos en el cuello de la raíz de las plantas. Las larvas eclosionadas se alimentan de las raíces de la col, lo que provoca el marchitamiento de la planta y la coloración gris azulada de las hojas.
¿Qué hacer si las hojas de col se marchitan?
Para el desarrollo normal de las plantas, son esenciales unas condiciones favorables y un cuidado adecuado. ¿Qué hacer si el clima es fresco y lluvioso o, por el contrario, caluroso y seco? Incluso en estos climas, se puede obtener una buena cosecha de col. Las plantas deben tratarse con fungicidas e insecticidas, aportarse minerales, desherbarse, regarse regularmente (si es necesario) y aflojarse la tierra.

Regulamos el riego
El repollo no se marchita si se riega adecuadamente. Use agua tibia y sedimentada, preferiblemente de lluvia. Riegue el repollo a diario después de plantar las plántulas y a medida que se formen las cabezas. El exceso de riego puede provocar encharcamiento, lo que puede pudrir las raíces del repollo. Evite regar durante la lluvia. Durante los períodos secos, vierta 10 litros de agua bajo las raíces. Riegue el repollo una vez a la semana durante un mes antes de la cosecha para evitar que las cabezas se abran.
Aplicamos fertilizantes
El repollo necesita fertilizantes orgánicos y minerales. Los fertilizantes orgánicos enriquecen el suelo con todos los micronutrientes necesarios. Los fertilizantes minerales no solo enriquecen el suelo con nutrientes, sino que también reducen el riesgo de infecciones fúngicas.

Se prepara el suelo para la siembra. En otoño, se excava y se añaden 6 kilogramos de estiércol descompuesto o 300 gramos de gallinaza por metro cuadrado. En otoño, se enriquece el suelo con nitrógeno, potasio y fósforo. Se añaden 40 gramos de urea, sulfato de potasio y superfosfato doble por metro cuadrado. Para normalizar la acidez, se añaden 300 gramos de ceniza de madera o cal.
Dos semanas después de trasplantar las plántulas al huerto, fertilice la tierra con urea o salitre (35 gramos por cada 10 litros de agua). Después de 14 días, añada una solución de gordolobo (0,5 kilogramos de estiércol por cada 10 litros de agua). Para evitar que las cabezas de repollo se agrieten, rocíelas con una solución de ácido bórico. Use 5 gramos de la solución por cada 10 litros de agua.
Durante la formación de las cabezas, se añaden suplementos de potasio y fósforo al suelo (40 gramos de sulfato de potasio, 40 gramos de superfosfato y 2 tazas de ceniza por cada 10 litros de agua). No se vierte más de 1 litro de la mezcla nutritiva debajo de cada planta.
Protegiéndose de las enfermedades
Las infecciones pueden propagarse al repollo desde el suelo, ser transmitidas por insectos o por malezas y cultivos cercanos. Si observa signos de marchitamiento o daños en las hojas, debe iniciar el tratamiento de inmediato. Lo mejor es retirar las plántulas muertas o las plantas maduras de la zona inmediatamente y espolvorear la tierra con cal.
Una planta infectada con hernia de la col ya no se puede salvar. El repollo se puede aporcar en altura para estimular el desarrollo de raíces adventicias. Para prevenir la enfermedad, aplique cal al suelo antes de plantar. Se puede verter una solución de azufre coloidal en cada hoyo antes de plantar las plántulas. Es recomendable tratar las plántulas con fungicidas (Fitosporin o Alerin).

Puedes añadir un poco de harina de dolomita al hoyo antes de plantar. Si la tierra está infestada de hernia de la col, deberías plantar tomates, cebollas, ajos y berenjenas durante los próximos años. Estas verduras matan el hongo.
Si aparecen síntomas de mancha negra, se rocían las cabezas de repollo con una solución fungicida (Antracol, Skor o Cuproxat). Si aparece mildiu velloso, se rocía con caldo bordelés o solución de Planriz. Si aparece rizoctonia (manchas oxidadas en las hojas), se tratan las cabezas de repollo con una solución de cobre.
La pulverización con una solución de permanganato de potasio o Fundazol ayuda contra la pata negra (oscurecimiento y adelgazamiento del tallo de las plántulas).
Tratamos insectos
La forma más eficaz de controlar insectos es el uso de insecticidas (Aktara, Match, Enzhio). En lugar de productos químicos, se pueden usar remedios caseros (jabón, ceniza, vinagre, soluciones salinas, infusiones de cebolla o ajo, o una decocción de hojas de tomate o patata). Se pueden colocar trampas y señuelos en el arriate. Los insectos se repelerán con el olor penetrante de las plantas plantadas cerca del repollo, como el eneldo, el anís, la menta, la cebolla y el ajo.

La prevención y el cuidado adecuado son la clave para una buena cosecha.
El repollo prosperará y se mantendrá libre de enfermedades si se toman diversas medidas preventivas. Es mejor plantarlo después del tomate, la papa, la cebolla y el ajo. Antes de plantar, fertilice, aplique cal y trate la tierra con una solución de permanganato de potasio. Las semillas deben endurecerse y desinfectarse previamente.
Para prevenir enfermedades, las plantas se rocían con una solución de permanganato de potasio, sulfato de cobre y caldo bordelés. Se utiliza una solución salina como medida preventiva contra las plagas. La tierra alrededor del repollo se espolvorea con ceniza, serrín y arena. Para asegurar una buena cosecha, el repollo requiere riego y fertilización regulares.











