Causas y daños de la clorosis de la uva, cómo tratarla y cómo procesarla.

Al cultivar uvas, los horticultores se enfrentan a numerosos desafíos, como la clorosis, que causa daños significativos a la cosecha, llegando incluso a provocar el fracaso total. Por lo tanto, es fundamental diagnosticar la enfermedad con prontitud, determinar la causa e iniciar el tratamiento adecuado de inmediato.

Descripción y características de la enfermedad

La clorosis es una enfermedad que altera la producción de clorofila en las hojas y la fotosíntesis. Las hojas palidecen y el crecimiento de la planta se detiene. Como resultado, las puntas de los brotes y el follaje mueren, las yemas de los frutos se caen y la madera de la vid madura mal.

¿Qué daño puede causar?

La clorosis causa daños irreparables a los viñedos. Produce racimos con forma de guisante, desecación y caída de hojas, y reduce la resistencia a las heladas.

La clorosis se detecta en primavera, en el momento de la formación de las yemas, y en otoño, durante la maduración de las bayas tardías, preparándose para el invierno.

Tipos

Existen varios tipos de clorosis.

No infeccioso

Una deficiencia de minerales (nitrógeno, zinc, azufre, magnesio, hierro) en el suelo puede causar clorosis no infecciosa, que se diagnostica al inicio de la temporada de crecimiento por un retraso en la brotación y un follaje verde pálido. Si no se trata, las hojas dañadas se secan y caen, y los brotes presentan nudos cortos y poco desarrollados.

clorosis de la uva

Infeccioso

Este tipo de clorosis se desarrolla como resultado de una enfermedad viral. El virus se introduce en los viñedos a través de plántulas infectadas. Los síntomas de este tipo de clorosis incluyen el amarilleamiento de las nervaduras, que son las vías de transmisión del virus. Las hojas adquieren una apariencia de mosaico, por lo que la clorosis infecciosa también se conoce como mosaico amarillo. El virus es común en regiones con climas templados.

La clorosis infecciosa no tiene tratamiento, por lo que si se detecta hay que retirar la vid y quemarla.

Edáfico

La clorosis edáfica se desencadena por situaciones de estrés, como fluctuaciones repentinas de temperatura, exceso de humedad y sequía. Se diagnostica por el amarillamiento del limbo foliar entre las nervaduras.

Una vez que cesa el factor dañino, la planta se recuperará por sí sola. Puedes ayudarla a recuperarse de la clorosis más rápidamente y a reanudar su funcionamiento normal alimentándola con minerales.

un tipo de clorosis

Carbonato

Los suelos alcalinos ricos en humus pueden desarrollar clorosis carbonatada. Este tipo de estructura del suelo se caracteriza por un exceso de hierro, inaccesible para la planta porque la cal impide el movimiento de iones metálicos como el boro, el manganeso y el zinc. El síntoma principal de la clorosis es un debilitamiento repentino y severo de las vides.

Forma de deficiencia de hierro

Este tipo de clorosis se observa en los arbustos debido a una deficiencia de hierro. La deficiencia de hierro suele atenuarse por el exceso de cobre en el suelo, ya que este se considera un antagonista del hierro. La clorosis férrica se desarrolla lentamente, lo que dificulta su detección en sus primeras etapas. Solo se hace visible en etapas posteriores.

Los arbustos que se caracterizan por un alto rendimiento y fructificación suelen sufrir esta clorosis, ya que cuanto más frutos se forman, más aumenta la necesidad de hierro del cultivo.

Forma de deficiencia de hierro

Síntomas

La clorosis puede deberse a una deficiencia de nutrientes. Conocer los síntomas puede ayudarle a determinar visualmente qué micronutriente necesita su planta.

Elemento Los principales signos de clorosis
Hierro Agotamiento de vides y sarmientos
Bromo Los bordes de las hojas se secan, las flores caen sin abrirse, los frutos se cubren de placas necróticas y no alcanzan el tamaño requerido.
Zinc Desarrollo incompleto de los pecíolos, aparición de manchas de color verde claro en el follaje de los brotes superiores, mientras que las nervaduras no cambian de color.
Manganeso Amarillamiento de las hojas en los bordes, mientras que la zona adyacente a las nervaduras permanece verde.
Magnesio Las hojas inferiores pierden la intensidad de su color verde, lo que provoca su caída prematura y el debilitamiento de la síntesis.
Nitrógeno Amarillamiento y caída de hojas, retraso en el crecimiento, desarrollo deficiente de los racimos.

Todos los tipos de clorosis se caracterizan por el enrollamiento y caída de las hojas, cese del crecimiento de la uva, secamiento de los frutos y caída de las flores y los ovarios.

Un diagnóstico correcto ayudará a curar rápidamente la clorosis fertilizando el cultivo con fertilizantes que contengan el mineral requerido.

Razones principales

La clorosis es un proceso que se produce en una planta bajo la influencia de diversas causas.

Clima frío durante la temporada de crecimiento

Las uvas cultivadas en suelos pesados ​​y poco permeables son más susceptibles a la clorosis. El clima lluvioso y frío favorece el desarrollo de esta enfermedad.

Acolchado excesivo

La clorosis es causada por una violación compleja de las condiciones de cultivo de la uva; la falta de nutrientes es causada por el incumplimiento de las prácticas agrícolas, en particular el acolchado excesivo.

Acolchado excesivo

Falta de humedad

La clorosis también puede deberse a la falta de humedad. La sequía prolongada provoca el secado de la capa fértil del suelo.

Métodos de tratamiento y control

Para tratar y prevenir la clorosis, enriquezca el viñedo anualmente con sustancias valiosas, utilizando la alimentación de las raíces en la primavera antes de la floración y la alimentación foliar en el otoño.

Fertilizantes para aumentar el nitrógeno

Durante la temporada de crecimiento, un solo arbusto produce numerosas ramas de hasta 4-5 metros de largo, densamente cubiertas de hojas y racimos. Para reponer los nutrientes del suelo y prevenir la clorosis, aplique fertilizante nitrogenado en primavera.

Urea

El fertilizante es fácilmente absorbido por las plantas y se considera un remedio eficaz para la clorosis. Aplíquelo al suelo como abono radicular a principios de la primavera y rocíelo con una solución líquida a finales del otoño. La urea también se recomienda para tratar la clorosis.

Nitrato de amonio

Un fertilizante mineral nitrogenado útil para la viticultura que previene la oxidación del suelo y promueve la fuga de nitrógeno.

Nitrato de amonio

sulfato de amonio

El producto es apto para todo tipo de suelo y no se elimina con el agua. En caso de clorosis, aplíquelo como fertilizante primario en suelos con mayor humedad.

Aumento de los niveles de fósforo

Los superfosfatos ayudarán a enriquecer el suelo con fósforo:

  1. Una solución sencilla diseñada para todo tipo de suelos. Su composición incluye yeso, considerado una fuente de azufre.
  2. Double es un producto concentrado, cuya dosis en solución es 3 veces menor que la del superfosfato simple.

El suministro adecuado de fósforo a los cultivos promueve la floración temprana, acelera la maduración de frutos y vides y activa el crecimiento de las raíces.

clorosis de la uva

Cómo aumentar el potasio

El potasio es un nutriente esencial para las uvas. Su deficiencia afecta la fotosíntesis y reduce la resistencia a enfermedades y plagas. Los siguientes productos pueden ayudar a prevenir la clorosis en las uvas al aumentar los niveles de potasio.

Cloruro de potasio

Un suplemento mineral concentrado que contiene potasio como ingrediente activo. Tiene un efecto positivo en las uvas, reforzando su sistema inmunitario, previniendo enfermedades, como la clorosis, y ayudándolas a tolerar las fluctuaciones de temperatura. El fertilizante se disuelve fácilmente en agua y penetra fácilmente en el suelo, lo que facilita su absorción por el suelo y las plantas.

sal de potasio

Esta sustancia contiene una gran cantidad de sustancias cloradas. Se utiliza para tratar la clorosis de los arbustos solo a finales de otoño.

sulfato de potasio

Para proteger contra la clorosis, el preparado es eficaz al enriquecer suelos ligeros.

sulfato de potasio

Fertilizantes complejos

En caso de clorosis, los fertilizantes combinados pueden saturar el cultivo de la uva con nitrógeno, fósforo y potasio.

Nitrofoska

La nitrofoska es un fertilizante universal combinado que contiene nitrógeno, fósforo y potasio en proporciones iguales. Sus gránulos, fácilmente solubles, al liberarse en el suelo, se desintegran en iones y son fácilmente absorbidos por el cultivo. La nitrofoska se puede utilizar en cualquier suelo, pero funciona mejor en suelos ácidos y neutros gracias a su contenido de nitrógeno. Las uvas se pueden fertilizar tanto en primavera como en otoño.

Nitroamofos

Un fertilizante mineral complejo compuesto por nitrógeno, fósforo y potasio. Estas sustancias favorecen el crecimiento de la masa verde de las uvas, aumentan la producción y la calidad de la fruta, y mejoran la resistencia de la planta a bajas temperaturas, enfermedades y plagas. Disponible en formato granulado gris.

Se recomienda aplicar en 4-5 riegos, antes de la formación de bayas después de la floración, a razón de 50 g por 10 litros de agua.

Azofoska

Este fertilizante mineral aporta al cultivo el complejo de nutrientes necesario, acelera su crecimiento y fortalece el sistema radicular, además aumenta la resistencia a las enfermedades y la resistencia a las condiciones climáticas adversas.

fertilizante mineral

La preparación se puede aplicar en forma seca, esparciéndola a razón de 35 g por 1 m2 La tierra alrededor de los arbustos también se puede tratar con una solución, diluyendo 2 cucharadas de la sustancia en 10 litros de agua y regando las raíces. Fertilice antes de la floración y después del cuajado. La ventaja de este fertilizante es que no se elimina del suelo durante las precipitaciones.

Remedios universales

Para tratar la clorosis, los jardineros experimentados utilizan remedios universales de eficacia comprobada. Se eligen tanto por su eficacia como por su amplio espectro de efectos.

mezcla bordelesa

El caldo bordelés tiene muchas ventajas, lo que le permite seguir siendo un fungicida popular. Es un líquido azul claro compuesto de agua, cal apagada y sulfato de cobre. El cobre, un mineral presente en el caldo bordelés, es esencial para el desarrollo de las vides. La deficiencia de cobre se produce en suelos ácidos, arenosos y turbosos, lo que provoca clorosis. Para solucionar esto, trate las vides con el caldo para reponer rápidamente los nutrientes faltantes.

sulfato ferroso

El sulfato ferroso también puede ayudar a combatir la clorosis. Para ello, prepare una solución de 100-150 g de polvo por cada 10 litros de agua y aplíquela al suelo; cada planta debe recibir de 3 a 5 litros de la solución. El tratamiento consiste en aplicarla repetidamente a la planta afectada. Para mayor eficacia, repita el tratamiento cada 6-7 días.

sulfato ferroso

Azufre coloidal

Un producto químico especializado que combate las enfermedades fúngicas, promueve la síntesis de proteínas y aumenta el valor nutricional del cultivo. Para neutralizar la cal del suelo durante la clorosis, añada azufre coloidal. Este producto estimula el crecimiento de la uva, especialmente en suelos alcalinos. Esto se debe a su oxidación y al aumento de los nutrientes hidrosolubles en el suelo.

Infusión de cal y azufre

El producto se aplica antes de la brotación de las uvas para combatir enfermedades e insectos, y después de la cosecha como tratamiento preventivo. Se recomienda usarlo ante los primeros signos de clorosis, aplicándolo a toda la superficie de la vid, incluyendo las ramas y el follaje. También se debe pulverizar el suelo circundante.

Tratamiento con sulfato de hierro

El producto tiene un efecto de contacto sobre las infecciones fúngicas en los cultivos. Destruye microorganismos patógenos e impide su reproducción. También compensa la deficiencia de hierro. Este polvo verde pálido se disuelve fácilmente en agua.

Para reponer las reservas esenciales de hierro, abone las uvas con 50 gramos de sulfato de hierro diluidos en un cubo de agua. Rocíe las vides y las hojas o aplíquelo directamente al suelo. Continúe este proceso hasta que las hojas adquieran su característico color verde.

Variedades resistentes

Existen variedades de uva que pueden soportar condiciones adversas que provocan clorosis.

Alexa

Esta variedad de uva de mesa posee un sistema radicular amplio y bien desarrollado. Grandes racimos cilíndricos de densidad media adornan la planta. Cada racimo pesa entre 800 y 1200 gramos. Es apreciada por sus frutos de color verde claro, ovalados y de polinización mate, de gran tamaño y hasta 15 gramos por baya. La pulpa es densa y carnosa, con un sabor dulce y rico a moscatel, y está cubierta por una piel gruesa y crujiente.

Las cualidades distintivas de esta variedad son su alto rendimiento, resistencia a las enfermedades y buen comportamiento durante el transporte y el almacenamiento.

Venus

Los arbustos son de vigor medio. El cultivar produce racimos cilíndricos, moderadamente densos, que pesan 200 g o más. Las bayas son pequeñas, de hasta 2-3 g, redondas y de color azul. Su pulpa jugosa posee un armonioso y ligero aroma a fresa y moscatel.

La variedad es fácil de cuidar, resistente a la clorosis y versátil en su uso.

Uvas de Venus

Deleitar

Esta variedad se caracteriza por su alto rendimiento en todos los parámetros, lo que la hace popular entre los viticultores. Los arbustos son vigorosos, los racimos cónicos, de hasta 2 kg de peso, y las bayas son alargadas, de 10 a 12 g de peso, de color blanco y amarillo, y tienen un sabor dulce.

Las ventajas de esta variedad son su alto rendimiento, facilidad de cultivo y cuidado, inmunidad a las principales enfermedades y resistencia a las heladas.

Pasas de Zaporizhzhya

Los arbustos crecen rápidamente y producen grandes racimos cónicos que pesan hasta 1500 g. Los frutos son pequeños, de 2 a 2,5 g, ovalados y de color morado oscuro. La pulpa es carnosa y tiene un agradable sabor a mermelada.

La variedad tiene un buen rendimiento, excelente sabor, resistencia a enfermedades e infecciones, pero atrae la atención de los insectos.

Timur rosa

Los arbustos son de vigor medio. Los racimos son moderadamente sueltos, cilíndricos y pesan 800 g. Los frutos son alargados, pesan entre 6 y 8 g y son de color rosa con un matiz púrpura. La pulpa es crujiente, dulce y posee un aroma distintivo a moscatel.

Esta variedad tiene buena resistencia a las heladas, es transportable y resistente a las enfermedades, pero es susceptible a los ácaros, por lo que rara vez la eligen los jardineros novatos.

Timur rosa

Talismán oriental

Los arbustos forman grandes racimos de hasta 1000 g de densidad media. Las bayas son grandes, de 12 a 16 g, oblongas, blancas con un tinte verdoso, cubiertas por una fina piel imperceptible al comerlas. Al madurar por completo, adquieren un noble sabor a moscatel.

Su popularidad se debe a su buena adaptabilidad a cualquier condición, alta productividad, facilidad de transporte y resistencia a enfermedades como el mildiú polvoroso, la antracnosis y la clorosis.

Medidas preventivas

Para minimizar el riesgo de clorosis en las uvas, se deben tomar las siguientes medidas preventivas:

  1. Mejore las condiciones del suelo. Al plantar, asegúrese de que el drenaje sea bueno usando arcilla expandida o piedra triturada. Esto mejorará el acceso de oxígeno a las raíces y mantendrá una humedad óptima del suelo, incluso durante largos periodos sin riego. Acolche el suelo para crear un régimen de temperatura favorable para el crecimiento de la uva.
  2. Aplique fertilizantes con prontitud. Fertilice el cultivo con materia orgánica adecuada (compost, turba, sapropel). Evite el uso de estiércol, ya que aumenta los efectos nocivos de la cal. En cuanto a fertilizantes minerales, se prefieren el sulfato y el superfosfato de potasio. Estas valiosas sustancias, libres de cloro, tienen un bajo índice de salinidad, lo que las hace ideales para suelos con riesgo de salinización.
  3. Siembre cultivos de abono verde. Para enriquecer el suelo con nutrientes, mejorar su estructura y regular las condiciones del aire y el agua, se recomienda plantar cultivos de abono verde como el altramuz, la alfalfa, la arveja y el trébol bajo las vides.
  4. Proporcionar riego moderado en verano.
  5. Excave el suelo en otoño para asegurar la libre penetración de la humedad.
  6. Cultivar variedades resistentes a la clorosis.

Siguiendo estas sencillas recomendaciones podrás proteger tu viñedo de la clorosis y disfrutar de una deliciosa cosecha, además de admirar el bello aspecto de unas gráciles vides.

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