- Signos externos
- Razones de ocurrencia
- Restos de plantas del año pasado
- Reservas infecciosas del suelo
- Incumplimiento de las normas de rotación de cultivos
- Técnicas de cultivo agrícola incorrectas
- Maleza del sitio
- Sobrealimentación
- Espesamiento
- Calor y alta humedad
- Falta de tratamientos insecticidas
- Métodos de control
- Tratamiento
- Reducir la fuente de infección
- Tratamiento con fungicidas químicos
- Prevención
- Eliminación oportuna de restos vegetales
- Arado profundo de otoño
- Rotación de cultivos
- Deshierbe
- Adelgazamiento
- Alimentación dosificada
- Ventilación en invernaderos
- Chequeos regulares
- Selección de variedades resistentes
- Remedios populares
- Solución de lodo
- Infusiones de malas hierbas
- Leche agria o suero de leche
- tintura de cebolla
- Pulverización y polinización de calabaza dorada
- Solución de carbonato de sodio
- Solución de mostaza
- Decocción de cola de caballo
- método bacteriano
- Fitosporina
- Rizoplan
- Fitoverm
El mildiú polvoroso es una enfermedad fúngica insidiosa y de rápida propagación que afecta a los cultivos de hortalizas, capaz de destruir una cosecha planificada en tan solo unos días. El mildiú polvoroso se desarrolla en el calabacín debido a diversos factores desfavorables, como el exceso de riego, los veranos fríos o las prácticas agrícolas inadecuadas. Existen muchos métodos para combatir la enfermedad, pero es importante determinar la causa e iniciar el tratamiento de inmediato.
Signos externos
La aparición de manchas blancas, ásperas y similares a placas en las hojas de calabacín es señal de una peligrosa enfermedad fúngica llamada mildiú polvoroso. Las plantas parecen espolvoreadas con harina. Esta es la etapa inicial de esta insidiosa enfermedad, y el tratamiento debe iniciarse de inmediato.
En pocos días, las manchas cambiarán de color y se volverán marrones, y las hojas comenzarán a marchitarse. La infección se está propagando, amenazando toda la cosecha de calabacín. La enfermedad progresa rápidamente, se propaga por el viento y la lluvia, y puede extenderse a parterres con otros cultivos de hortalizas.
Razones de ocurrencia
Para combatir eficazmente el oídio, es importante identificar las causas subyacentes. Los principales factores que pueden causar infecciones fúngicas en los semilleros de calabacín incluyen:
- Falta de tratamiento preventivo de cultivos hortícolas, selección incorrecta de variedades de plantas.
- Suelo contaminado del año pasado.
- "Sobrealimentación" de plantas con fertilizantes que contienen nitrógeno.
- Engrosamiento de los lechos: falta de mantenimiento del espacio entre los arbustos.
- Abundancia de malezas y hojas muertas.
- Incumplimiento de la rotación de cultivos y violación de la tecnología agrícola.

El brote de la enfermedad se ve facilitado por una combinación de clima cálido prolongado y alta humedad.
Restos de plantas del año pasado
Los restos de copas y vegetación muerta que quedan en los parterres del año pasado son un caldo de cultivo para bacterias y hongos.
Una medida preventiva importante contra el mildiú polvoroso es limpiar los parterres del jardín en otoño de restos vegetales.
¡Importante! Si el año pasado hubo un brote en sus huertos, debe quemar completamente las hojas y las puntas infectadas y desinfectar la tierra.
Reservas infecciosas del suelo
El micelio del oídio persiste en el suelo de los bancales afectados y pasa el invierno. Con la llegada de los primeros rayos de sol y el calor primaveral, el hongo despierta y comienza a atacar nuevos bancales con el mismo vigor y tenacidad.

Las reservas infecciosas del suelo son la cantidad de bacterias y hongos patógenos que se han acumulado en el suelo durante un largo período. Para mantenerlo limpio, es necesario implementar medidas sanitarias e higiénicas para protegerlo y cultivarlo.
Incumplimiento de las normas de rotación de cultivos
Las normas de rotación de cultivos son un conjunto de medidas para la alternancia secuencial de cultivos agrícolas con el fin de aumentar los rendimientos, utilizar racionalmente los recursos nutricionales y prevenir enfermedades infecciosas.
La rotación inadecuada de cultivos provoca brotes de diversas enfermedades fúngicas, como el oídio. Los mejores precursores del calabacín son la cebolla, las legumbres, los rábanos y la coliflor.

Técnicas de cultivo agrícola incorrectas
El riego excesivo, la falta de deshierbe regular y los patrones de plantación inadecuados son factores que favorecen la aparición de oídio en los bancales de calabacín. El calabacín no tolera el exceso de humedad; sus frutos se encuentran en el suelo y en estrecho contacto con la comunidad bacteriana. El calor, la humedad y la falta de ventilación y luz solar contribuyen a la rápida propagación de enfermedades fúngicas.
Maleza del sitio
El oídio suele propagarse a los bancales de calabacín a través de las malas hierbas. Estas proporcionan un hábitat propicio para hongos y bacterias, ya que no se tratan con fungicidas ni se monitorean para detectar signos de enfermedad.
El deshierbe y el control regular de las malezas en su parcela de jardín son medidas preventivas esenciales para combatir el mildiú polvoroso.

Sobrealimentación
La moderación es clave al aplicar fertilizantes orgánicos y minerales. Los jardineros experimentados saben que el exceso de nutrientes puede dañar las plantas, reducir la producción y causar enfermedades en los cultivos de hortalizas.
Los niveles excesivos de nitrógeno son peligrosos para el calabacín. El mildiú polvoroso ataca principalmente a las plantas sobrealimentadas y ricas en nitrógeno. Además, el calabacín empieza a acumular nitratos, perjudiciales para la salud humana.
Espesamiento
La colocación excesivamente cerca de las plantas de calabacín unas de otras provoca una falta de luz para cada planta individual, lo que altera la circulación del aire y la ventilación natural de las plantaciones.

El exceso de humedad no puede evaporarse naturalmente de manera oportuna, las hojas inferiores de las plantas comienzan a pudrirse, creando un caldo de cultivo para hongos y bacterias dañinos.
Calor y alta humedad
El mildiú polvoroso prospera en climas cálidos y con alta humedad. En estas condiciones, es necesario aflojar las plantas, eliminar las hojas inferiores muertas y sobrantes, y tratarlas con fungicidas y otros agentes antibacterianos.
Falta de tratamientos insecticidas
Si los huertos se vieron afectados por plagas de insectos, como pulgones, cochinillas o varios tipos de ácaros, este año o el pasado, entonces el tratamiento con insecticidas se convierte en una medida preventiva obligatoria.

Las plagas de insectos dejan sus desechos en las hojas del calabacín o en las malezas cercanas, que sirven de alimento para el oídio. Además, la inmunidad de las plantas se debilita, lo que reduce significativamente su capacidad para resistir enfermedades infecciosas.
Métodos de control
El mildiú polvoroso es una de las enfermedades más comunes que afectan al calabacín; se conoce desde tiempos inmemoriales. Existen remedios caseros eficaces y de eficacia comprobada para combatir la infección.
El tratamiento con productos químicos profesionales se realiza como último recurso, antes o después del período de fructificación, sólo en casos graves y avanzados.
Tratamiento
Cuanto antes se identifique la causa de la enfermedad, antes se podrá iniciar el tratamiento adecuado de los cultivos de calabacín. Un tratamiento oportuno y correcto reduce significativamente las consecuencias negativas de la enfermedad.

Reducir la fuente de infección
Ante todo, al tratar las plantas contra el mildiú polvoroso, es importante reducir y reducir la infestación. Para ello, retire el exceso de hojas infectadas de las plantas de calabacín y limpie los arbustos de hongos y bacterias. Tenga cuidado al tratarlas; evite que el micelio del hongo caiga sobre las partes sanas de la planta o la tierra.
Todas las hojas y brotes cortados se colocan en cubos y se retiran del área; la mejor manera es quemar las puntas afectadas.
Después de podar las hojas enfermas, las plantas se tratan con antisépticos y fungicidas.
Tratamiento con fungicidas químicos
Los productos diseñados para combatir enfermedades fúngicas han demostrado ser eficaces para el tratamiento de semillas y plantas durante brotes agudos de enfermedades. La industria química ofrece una amplia gama de productos para combatir el oídio, pero deben usarse con precaución.

"Topacio"
Topaz, un fungicida a base de penconazol, actúa rápidamente, frenando el crecimiento de hongos dañinos y reduciendo significativamente la tasa de infección. El ingrediente activo no se elimina con la lluvia ni el riego. Es importante respetar la dosis: 3 gotas por cada 10 litros de agua. Se recomienda pulverizar el calabacín por la noche.
Zineb
Se utiliza durante la temporada de crecimiento. Las plantas se rocían con un polvo diluido en agua, protegiendo así el calabacín durante dos semanas. Una desventaja de este producto es su ineficacia en plantas de interior; Zineb no suprime los patógenos del oídio.

Fundazol
Un fungicida a base de benomilo. Inhibe las propiedades reproductivas de los hongos, lo que permite un rápido control de la enfermedad. Las plantas quedan protegidas de la reinfección durante 10 días. El producto es tóxico y peligroso para los humanos; si se usa en exceso, también puede dañar las propias plantas.
Previkur
Fortalece la inmunidad de las plantas, activa los procesos metabólicos en los cultivos hortícolas y ayuda a combatir infecciones de forma independiente. "Previkur" inhibe el crecimiento del mildiú polvoroso.
Vitaros
Este preparado se recomienda para el tratamiento de semillas. "Vitaros" protege las plantas de infecciones fúngicas y bacterianas y mejora el sistema inmunitario de los cultivos hortícolas.

mezcla bordelesa
El fungicida más popular y económico. Combate la deficiencia de cobre en la nutrición vegetal y protege los cultivos de hortalizas del oídio y otras enfermedades fúngicas. La mezcla preparada no debe diluirse con agua; el producto mezclado no debe almacenarse más de dos días.
oxicloruro de cobre
Este fungicida, moderadamente tóxico para los humanos, es similar al caldo bordelés. Su punto débil es que no se adhiere bien a las hojas del calabacín y se elimina rápidamente con agua. El uso de productos químicos solo se justifica en casos graves de enfermedades infecciosas o como medida preventiva antes del inicio de la fructificación. Es necesario tomar precauciones, utilizar guantes y mascarillas protectoras al tratar las plantaciones.

Prevención
Tratar el calabacín contra el mildiú polvoroso es un proceso laborioso. Cualquier enfermedad es más fácil de prevenir que de tratar. Un programa preventivo integral tiene como objetivo prevenir rápidamente posibles enfermedades.
Eliminación oportuna de restos vegetales
Mantener los parterres, la tierra y toda la parcela limpios es esencial para obtener hortalizas sanas y una cosecha de alta calidad. Las hojas marchitas, los frutos maduros, las flores y los ovarios caídos deben eliminarse con prontitud. No se debe permitir que los restos vegetales se pudran entre las hileras. Las bacterias que se producen durante la pudrición causan diversas enfermedades, dificultan la circulación del aire y reducen la velocidad de los procesos metabólicos de las plantas.

Una vez a la semana se inspeccionan las plantaciones de calabaza y se eliminan los restos vegetales.
Arado profundo de otoño
Cavar la tierra en otoño después de la cosecha es una excelente manera de prevenir infecciones por hongos. Arar en otoño destruye las malas hierbas, que se convierten en parte del abono orgánico para la primavera siguiente.
La tierra excavada en otoño se vuelve más suelta y aireada. Al exponerse a temperaturas bajo cero, se congela mejor y los hongos y bacterias se "congelan". La capa superficial del suelo mejora significativamente.
Rotación de cultivos
La selección y rotación adecuadas de cultivos predecesores contribuyen a crear condiciones favorables para el crecimiento de las hortalizas. Las plantas reciben los nutrientes necesarios y se minimiza el riesgo de transmisión de enfermedades de cultivos no relacionados.

Después del calabacín, se recomienda cultivar tomates, legumbres, berenjenas y patatas. Los mejores precursores del calabacín son la cebolla, el ajo, diversas legumbres y los rábanos.
Deshierbe
Es fundamental desherbar regularmente entre las hileras de calabacines. El acolchado con virutas de madera o paja puede reducir la frecuencia de desherbado a la mitad. Cubrir la superficie del suelo con mantillo también reduce el contacto entre la fruta y el suelo, lo que reduce el riesgo de pudrición.
Adelgazamiento
Las plantas de calabacín forman un arbusto extenso; las plantaciones densas son inaceptables. No recibirán la luz necesaria y la circulación del aire se verá reducida. Si las plantas empiezan a interferir entre sí durante el crecimiento, se recomienda eliminar la planta más débil. De lo contrario, ambas crecerán atrofiadas y serán superadas por la planta vecina.

Alimentación dosificada
Al aplicar fertilizantes, siga siempre la dosis recomendada. El exceso de ciertos componentes puede afectar negativamente el desarrollo de los cultivos, debilitar el sistema inmunitario y causar enfermedades.
El fertilizante debe aplicarse en el momento recomendado y en una etapa específica del crecimiento del calabacín. Si el fertilizante no es complejo, es importante considerar componentes complementarios que mejoren la absorción de ciertos elementos.
Ventilación en invernaderos
Para prevenir el desarrollo de infecciones fúngicas y procesos de pudrición en invernaderos, se realiza una ventilación regular. Esto garantiza que las plantas reciban el oxígeno necesario y que la humedad y la temperatura interiores se mantengan en niveles óptimos.

Para evitar cambios bruscos de temperatura que perjudican a las plantas cultivadas, la ventilación se realiza por la mañana o a última hora de la tarde.
Chequeos regulares
Cualquier infección puede tratarse en una etapa temprana. Las plantas deben inspeccionarse diariamente para detectar signos de infección, como manchas, marchitez, crecimientos o infestaciones de insectos.
Si no se detecta a tiempo la aparición de la enfermedad y no se elimina la causa de su desarrollo, el jardinero corre el riesgo de perder la cosecha.
Selección de variedades resistentes
Muchas variedades modernas de calabaza han sido mejoradas por criadores. Estas plantas están modificadas genéticamente para ser resistentes al mildiú polvoroso. Naturalmente, estas variedades son las preferidas para el cultivo en zonas con alto riesgo de enfermedades fúngicas.

Las siguientes variedades de calabacín son resistentes al mildiú polvoroso:
- Aeronauta;
- Belogor;
- Ana;
- Blanco;
- Cascada;
- Karina;
- Belleza negra.
La presencia de las palabras “resistente al mildiú polvoroso” en la descripción de una variedad no garantiza la completa ausencia de la enfermedad, pero reduce significativamente estos riesgos.
Remedios populares
Todo jardinero sueña con cultivar hortalizas orgánicas en su huerto. ¿Qué puedes hacer si tus parterres sufren el ataque del oídio y no quieres usar productos químicos? Existen remedios caseros de eficacia comprobada.

Solución de lodo
Rociar el calabacín con una solución de purín es un método biológico para combatir el oídio. Para preparar la solución, utilice estiércol de vaca descompuesto. Disuelva una palada de materia orgánica en 10 litros de agua, déjela reposar 24 horas y cuélela. Dilúyala con agua en una proporción de 1:2. Rocíe el calabacín dos veces por semana por la noche.
Infusiones de malas hierbas
Las malas hierbas recolectadas se trituran y se sumergen en agua en un recipiente a razón de 10 litros de agua por cada 5 litros de malas hierbas. La solución se hierve y se cuela. Se añade 1 taza de ceniza de madera. Se cuela y se rocía el calabacín.

Leche agria o suero de leche
Se usa como medida preventiva. Se diluye un litro de suero o leche cuajada con dos litros de agua. Se cubren hojas de calabacín con la solución láctea semanalmente durante un mes. Las proteínas de la solución tienen un efecto antiséptico.
tintura de cebolla
Un método de eficacia comprobada durante décadas. Se hierven cáscaras de cebolla en agua a una proporción de 250 gramos por litro. La infusión se deja reposar dos días, se diluye con agua y se rocía sobre las plantas por las noches dos veces por semana durante un mes.

Pulverización y polinización de calabaza dorada
El uso de productos químicos fuertes puede matar a los insectos polinizadores. En este caso, la polinización debe realizarse manualmente. Se extrae una flor macho de la planta de calabacín y se aplica su polen a las flores hembra. Una flor macho puede polinizar tres flores hembra. Este procedimiento se realiza por la mañana, entre las 6:00 y las 11:00.
Solución de carbonato de sodio
Esta solución se utiliza para tratar el calabacín contra el mildiú polvoroso en sus etapas iniciales o intermedias. Añada dos cucharadas de carbonato de sodio a 10 litros de agua, 10 gotas de yodo y 2 cucharadas de jabón líquido para ropa. Rocíe las hojas de calabacín afectadas con la mezcla resultante.

Solución de mostaza
Este producto se utiliza para combatir el oídio y los ácaros. Disuelva 2 cucharadas de mostaza seca en polvo en 10 litros de agua hirviendo. Rocíe y riegue las plantas afectadas con la solución.
Decocción de cola de caballo
La infusión de cola de caballo es eficaz contra el oídio. Añada 100 gramos de cola de caballo fresca a 1 litro de agua y llévela a ebullición. Deje reposar la infusión durante 24 horas, tapada, en un lugar oscuro. Cuélela. Rocíe el calabacín dos veces por semana. No guarde la infusión después de este tiempo, ya que perderá su eficacia.
método bacteriano
Los biopreparados contra el oídio son la solución óptima. Estos productos son menos dañinos para los humanos que los medicamentos químicos, pero más eficaces para combatir el hongo que los métodos tradicionales.

Fitosporina
Un biofungicida moderno de amplio espectro. Previene el crecimiento de hongos y ralentiza el crecimiento micelial. Disponible en pasta y polvo. Lea atentamente las instrucciones antes de usar. Es mejor tratar el calabacín con Fitosporina por la noche o temprano por la mañana.
Rizoplan
Un fungicida bacteriano que combate eficazmente diversos tipos de podredumbre y mildiú polvoroso. Acelera el crecimiento de los cultivos, mejora su inmunidad y resistencia a enfermedades, y aumenta la germinación de las semillas al aplicarse.
Fitoverm
Protege el calabacín de plagas y es un remedio probado contra el oídio. Aplicar durante la floración como medida preventiva. Fácil de usar, se presenta en gotas.
El mildiú polvoroso es una peligrosa enfermedad fúngica que afecta a los cultivos de hortalizas. Sin embargo, en la jardinería moderna, es fácil de combatir. Existe una amplia gama de tratamientos químicos y biológicos disponibles en cualquier tienda especializada.











