Recetas paso a paso para preparar espinacas para el invierno en casa.

Las espinacas frescas se conservan en el refrigerador hasta una semana. En invierno, esta verdura es menos fácil de conseguir debido a su precio, y las espinacas cultivadas en invernadero pueden estar contaminadas con nitratos y pesticidas. Conservar las espinacas de verano para el invierno es un complemento sabroso y saludable para cualquier comida casera. Las recetas para conservarlas no requieren mucho tiempo ni esfuerzo.

Peculiaridades de la preparación de espinacas para el invierno.

La conservación de espinacas se diferencia de otras verduras en que requiere un tratamiento térmico mínimo, se puede conservar sin sal y no requiere vinagre. Las espinacas en conserva deben conservarse a baja temperatura, en el refrigerador o el congelador, con excepción de las hojas secas.

Propiedades beneficiosas

Esta verdura está compuesta por un 90 % de agua, aproximadamente un 3 % de proteínas y un 2 % de carbohidratos. El contenido calórico de 100 gramos es de 22 kilocalorías. Los componentes más valiosos de este cultivo verde son las vitaminas B9, C, A, K, E y PP, así como micro y macroelementos como potasio, calcio, magnesio, fósforo y hierro.

Gracias a su sabor neutro y color vibrante, esta verdura se usa ampliamente en la cocina. Sirve como complemento para ensaladas, sopas y salsas. Las rosetas jóvenes se utilizan frescas.

Las hojas maduras son adecuadas para la cosecha y el tratamiento térmico.

hojas de espinaca

Comer espinacas es beneficioso para la deficiencia de vitaminas, la deficiencia de yodo, la osteoporosis, el aumento del sangrado y la hiperglucemia.

El ácido oxálico, presente en las judías verdes, forma oxalatos (compuestos químicos insolubles) a altas temperaturas. En casos de insuficiencia renal, los oxalatos no se excretan del organismo, lo que forma cálculos renales.

Debes limitar el consumo de esta verdura si tienes problemas con depósitos de sal en las articulaciones, aumento de la coagulación sanguínea o acidez estomacal.

Cómo elegir y preparar correctamente el ingrediente principal

Las hojas tiernas se consumen frescas. Sus fibras vegetales son frágiles al calor y al frío, descomponiéndose rápidamente y convirtiendo las espinacas en papilla. Para el invierno, utilice hojas firmes y de color verde oscuro. La frescura de las hojas se comprueba girando suavemente la hoja: recién recolectadas, producen un ligero crujido.

Las hojas deben estar libres de manchas y astillas. Es necesario lavarlas bien en un recipiente grande, no bajo el chorro de agua. Todas las recetas requieren secar las hojas y retirar los tallos.

espinacas en una olla

Métodos para cosechar espinacas en casa.

Las verduras se conservan para el invierno mediante métodos tradicionales:

  • seco;
  • congelar;
  • preparar alimentos enlatados.

Las recetas son sencillas y no requieren mucho trabajo. Se puede usar perejil, rúcula, mantequilla o aceite vegetal como ingredientes adicionales.

El secado

El secado es el método más suave para conservar las hojas verdes durante el invierno. La ausencia de tratamiento térmico no destruye las vitaminas.

Las hierbas deben secarse en un área ventilada y sombreada. Las hojas se lavan bien y se extienden sobre papel absorbente. La temperatura del aire debe ser de al menos 30-35 grados Celsius el primer día para asegurar la evaporación activa de la humedad de las hojas. Una vez secas, las hojas se secan a una temperatura más baja para conservar su color y sabor.

El producto final debe ser quebradizo, pero no polvoriento. Coloque las hojas secas en un recipiente de vidrio, cúbralo con una tapa y guárdelo en un lugar seco y oscuro. Evite sellar los frascos con demasiada fuerza, ya que esto producirá un olor a humedad. Un filtro de papel es la mejor manera de preservar la calidad de las hierbas secas.

El papel es transpirable, lo que permite que la hoja seca conserve su calidad original. Además, impide la entrada de polvo y olores extraños al contenedor.

espinacas en un tazón

Congelación

Las verduras congeladas permiten conservar su valor nutricional durante mucho tiempo. La regla principal al congelarlas es no volver a congelarlas después de descongelarlas, ya que pierden su valor nutricional.

Puedes congelar las hojas enteras, picadas, con agua, aceite o combinadas con otras verduras.

El uso de aceite para congelar verduras tiene ventajas sobre el método tradicional:

  • La cubierta de aceite protege la delicada sustancia de los efectos de las bajas temperaturas;
  • El aroma y el sabor se conservan mejor;
  • La aromatización del compartimento frigorífico está bloqueada;
  • facilidad de uso.

Puede usar aceite vegetal o mantequilla. Las espinacas para congelar deben estar sin tallo. Llene los moldes con los ingredientes preparados hasta un máximo de 2/3 de su capacidad. La proporción de aceite y verduras es de 1:2. La temperatura del congelador debe estar entre 15 y 18 grados Celsius para el almacenamiento prolongado de verduras congeladas.

Cosecha con hojas enteras

Hay dos formas de congelar verduras:

  1. Para congelar las hojas verdes, retire los tallos, lávelas y séquelas. Junte de 3 a 5 hojas y enróllelas formando un tubo. Envuelva cada tubo en film transparente, sin dejar espacios, y guárdelo en el congelador.
  2. Coloque las hojas en una bandeja para hornear en el congelador. Coloque las verduras congeladas en un recipiente de plástico y guárdelas en el congelador.

Según sea necesario, utilice parte del producto congelado, envasar el resto y devolverlo al frío.

espinacas congeladas

Cubitos de hielo con sorpresa

Las hojas lavadas y secas se desprenden de sus tallos y se cortan en trozos. Las hojas picadas se envasan herméticamente en moldes preparados para congelación y se cubren con agua hervida o filtrada fría. Luego, los moldes se colocan en el congelador.

Los cubitos de hielo se colocan en un recipiente de metal o plástico y se almacenan en el congelador hasta que se necesiten.

Puré verde delicado

El puré se prepara con hojas hervidas. Vierta agua en un recipiente esmaltado, llévela a ebullición, añada sal al gusto y añada hierbas. Para conservar su color vibrante, puede añadir una pizca de bicarbonato de sodio. Después de 5 minutos, escurra el líquido. Deje enfriar las hojas y luego cuélelas o mézclelas. El producto final se coloca en frascos esterilizados y se guarda en el congelador.

Otra opción es un puré de espinacas y rúcula. La rúcula es una planta de ensalada con hojas suculentas. Tiene un aroma picante y un sabor amargo a nuez. La combinación con espinacas le da un toque picante al puré. La proporción de ingredientes depende del gusto: para quienes prefieren un puré más picante, la rúcula debe ser al menos la mitad, mientras que para otros, hasta un cuarto.

Para prepararlo, se lavan las hojas, se limpian, se secan y se cortan en trozos pequeños. Se licuan hasta obtener una mezcla homogénea. El puré resultante tiene una consistencia líquida, por lo que se reduce a una consistencia más espesa. Se envasa caliente en frascos precalentados. Se deja enfriar como de costumbre. Se conserva en el refrigerador.

puré de espinacas

Encurtido

Para encurtir, necesitará sal yodada. La preparación de las hojas implica lavarlas, secarlas y retirarles los tallos. Los frascos de 500 mililitros deben precalentarse en el horno o esterilizarse con vapor.

Las hojas se colocan hasta un tercio del fondo del frasco y se cubren completamente con sal. Se coloca un peso encima durante 10 minutos o se presiona suavemente con una herramienta práctica (como una cuchara). Este proceso se repite una y otra vez hasta llenar el frasco. Bajo la influencia de la sal y el empaque apretado, las espinacas deberían soltar jugo, que luego se salará y se almacenará durante el invierno.

El envase preparado está sellado. Conservar en un lugar fresco y seco. La proporción de sal y espinacas es de 1:10. Se recomienda usar una báscula.

Envase

La espinaca se enlata con acedera: 2 partes de acedera por 1 parte de espinaca. El ácido oxálico, presente en ambas verduras, actúa como conservante y le da un sabor distintivo a la conserva. Lave las espinacas y la acedera, retire los tallos y colóquelas en un recipiente esmaltado o de acero inoxidable con suficiente agua para cubrir las hojas.

Calentar a fuego medio. Una vez que hierva, reducir el fuego y dejar hervir a fuego lento durante 2-3 minutos. Verter en frascos esterilizados de medio litro y cubrir con el agua de cocción. Tapar. Refrigerar.

Si no hay suficiente espacio en el refrigerador, las hierbas enlatadas se preparan con sal para mantenerlas frescas. Añada 20 gramos de sal por litro de agua. Añada la sal al mismo tiempo que las hierbas para que tengan tiempo de disolverse por completo.

espinacas en un frasco

Espinacas blanqueadas

Antes de blanquear, prepare frascos de vidrio (de 400 a 500 mililitros) y una solución de sal. La proporción de agua y sal por kilogramo de verduras es de 1 litro y 50 gramos de sal. Hierva el agua, disuelva la sal y cocine a fuego lento durante 2 o 3 minutos.

La espinaca debe lavarse y retirarse el tallo. Escaldarla en agua a 90 grados Celsius (194 grados Fahrenheit), sin que llegue a hervir, durante 3 minutos. Colocar las hojas calientes en frascos precalentados, verter salmuera hirviendo sobre ellas y esterilizar.

La temperatura del agua en el recipiente de esterilización debe estar entre 60 y 70 grados Celsius. Los frascos de espinacas deben cubrirse con agua hasta los hombros. La esterilización se realiza mejor con el recipiente tapado.

Hierva el agua a fuego medio y luego reduzca el fuego a bajo. A partir de este momento, comienza el proceso de esterilización: 5-7 minutos. Cierre bien los frascos y colóquelos boca abajo. Guarde las conservas terminadas en un lugar fresco y seco.

espinacas blanqueadas

Espinacas con cebolla y perejil

Las espinacas con cebollín y perejil son un aderezo rico en vitaminas y sabroso, perfecto para sopas y caldos durante la temporada de frío. Las proporciones recomendadas son 5 partes de espinacas, 2 partes de cebollín y 1 parte de perejil. La proporción de agua, sal y verduras es de 4 partes de agua y 0,1 partes de sal.

Por ejemplo:

  • 1000 gramos de espinacas;
  • 200 gramos de cebollas verdes;
  • 100 gramos de perejil;
  • 400 mililitros de agua;
  • 10 gramos de sal.

Lave las hojas verdes y retire los tallos de las espinacas y el perejil. Deje los tallos verdes de la cebolla. Pique finamente el perejil y la cebolla. Forme fideos con las espinacas. Hierva agua con sal y agregue las hojas verdes. Una vez que hierva, cocine a fuego lento durante 5 minutos. Envase en frascos calientes y ciérrelos bien.

espinacas con cebolla

Una receta para conservar espinacas para salsas de invierno.

Retire los tallos de las espinacas y córtelas en trozos. Licúe hasta obtener una mezcla homogénea. Ablande la mantequilla a temperatura ambiente o en el microondas. Añada la mantequilla al puré y mezcle bien.

La mezcla terminada se divide en moldes aptos para congelación y se coloca en el congelador. Una vez congelados, los moldes se transfieren a un recipiente de plástico o metal. Los ingredientes de la salsa se guardan en el congelador.

salsa de espinacas

Almacenamiento adicional

Es mejor conservar este delicado producto en el refrigerador. Algunas conservas se pueden guardar en el congelador. A temperaturas cercanas a 0 °C, los microorganismos patógenos mueren o dejan de reproducirse. Las hojas secas se echarán a perder si la temperatura ambiente es alta o baja.

La vida útil de todo tipo de preparados no es más que 8-10 meses.

Después de este período, las hojas secas, congeladas y enlatadas pierden sus propiedades beneficiosas.

bebida de espinacas

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    Respuesta

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